Donostia - El ex primer ministro de Francia, Manuel Valls, defendió ayer la necesidad de mantener una cooperación antiterrorista entre Francia y España que, según dijo, “tiene que ir hasta el fin, hasta la derrota de la banda terrorista”. Por este motivo, reclamó a los gobernantes franceses que no haya “cambios” en lo que a esta colaboración se refiere. Valls realizó esta reflexión durante el discurso que pronunció en Donostia tras recibir el premio Gregorio Ordóñez 2017 de manos de Ana Iribar, viuda del concejal donostiarra del PP asesinado por ETA en 1995 y presidenta de la fundación que lleva el nombre de su marido.
El antiguo dirigente galo, que confesó sentirse “emocionado” por el galardón, recordó la figura de Ordóñez y la de quienes “cayeron bajo las balas de la banda etarra”. En cuanto a la colaboración de Francia en la lucha contra ETA, admitió que “no siempre fue fácil”, pero la calificó de “ejemplar a nivel político, judicial, militar y policial”. A continuación pidió a los que gobiernan hoy el país vecino que “no puede haber cambios” en este trabajo en común. De este modo, Manuel Valls afirmó que la derrota de ETA “no es solo policial -eso es necesario hasta el final- y judicial”, sino que tiene que ser también “una derrota política y cultural”, por lo que “los criminales de ETA tienen que reconocer que se han equivocado y pedir perdón a la sociedad española”.
El político francés recalcó además que la “reconciliación” no debe producirse en España entre una democracia y una organización terrorista de una forma en la que se pueda “ir olvidando lo pasado con alguna forma de rehabilitación política” posterior. Aclaró en este sentido que “el terrorismo no es una guerra civil, sino una lucha contra nuestros valores y nuestra civilización”. A este respecto, recordó que “matar a un policía, a un guardia civil, a un militar, a un gendarme francés, es espantoso, no hay justificación. Decidir matar a políticos, a profesores, a intelectuales, a los que representan la sociedad es un mensaje clarísimo de intentar derrumbar valores, la democracia y la civilización a la que representamos”, aseveró.
El ex primer ministro galo se refirió al debate que se vive actualmente en Francia sobre el terrorismo yihadista que, recordó, “viene de nuestra propia sociedad y nos hace comprender lo que habéis vivido aquí con otra forma de terrorismo”. Alabó por ello la labor de las asociaciones de víctimas, que también se están constituyendo en Francia, las cuales “nos piden la conmemoración, la memoria, porque la historia se repite y hay peligros”.
De este modo, consideró necesario enviar un mensaje “imprescindible”: “Necesitamos más que nunca democracia, libertad, respeto y por eso se necesitan valores. No se puede matar, insultar, descalificar, salir del marco de una Constitución y del Estado de derecho sin pagar las consecuencias”, señaló. Agregó que “se necesita un Estado porque es el que permite el interés general, la igualdad entre los ciudadanos, y también autoridad, porque una sociedad sin autoridad no funciona”.
Manuel Valls recibió el premio Gregorio Ordóñez 2017 en un acto que contó con la presencia de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría; el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido; la ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal; el expresidente del Gobierno, José María Aznar; su esposa y exalcaldesa de Madrid, Ana Botella, y el exministro popular Jaime Mayor Oreja. También asistieron el portavoz de Ciudadanos en el Congreso, Juan Carlos Girauta, la secretaria general del PSE, Idoia Mendia, y la europarlamentaria de UPyD, Maite Pagazaurtundua, entre otros.
“Reconciliación inmoral” Antes de Manuel Valls intervino Ana Iribar, viuda de Gregorio Ordóñez, quien aseguró que “algunos no estamos por la reconciliación inmoral que promocionan instituciones vascas ni por el perdón”. Tras denunciar que en Euskadi se hizo terrorismo, cuestionó a los representantes políticos presentes en el acto si no creen que “va siendo hora de poner en su sitio a los nacionalismos”. “Y muy especialmente en Euskadi donde el relato de lo sucedido durante 50 años de dictadura terrorista se pervierte en favor de los asesinos y sus cómplices”, criticó.
“¿No creen ustedes que este país no puede ser suelo para artesanos de la paz ni de la puntilla belga, ni para mediadores de tres al cuarto que han hecho de la negociación un más que lucrativo negocio?”, cuestionó Iribar. En este contexto, advirtió de que algunos familiares de víctimas quieren “una sola lista, en la que aparezcan exclusivamente las víctimas de ETA”. “Ni vulneraciones de derechos humanos ni violencia de Estado”, zanjó. - E. P./Efe