vitoria - EH Bildu se ha sumado a la presión al Estado español para que transfiera a Euskadi todas las competencias que le corresponden por ley, de manera que la reivindicación del cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika tendrá ahora el respaldo de una mayoría amplísima en el Parlamento Vasco, con las únicas reticencias de los nueve escaños del PP sobre un total de 75. Mariano Rajoy se resiste a dar pasos a pesar de las gestiones del portavoz del Gobierno Vasco, Josu Erkoreka, que ha enviado la lista con los 37 traspasos pendientes a la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y ha exigido que arranque ya la negociación. Es una prioridad para la coalición PNV-PSE.

No es la primera vez que EH Bildu reclama el traspaso de las competencias pendientes, una apelación que ha sido frecuente en los últimos tiempos en el caso de las transferencias de prisiones y Seguridad Social. No obstante, se había resistido a hacer bandera política del cumplimiento íntegro de un Estatuto de Gernika que considera desfasado y que nunca fue su apuesta porque troceaba a Euskal Herria, y en el pasado había criticado al PNV por “jugar a pequeña” o conformarse con las “migajas” cuando negociaba traspasos con Madrid. Los jeltzales han hecho compatible la defensa del cumplimiento íntegro de la ley vigente con la búsqueda de un nuevo estatus más ambicioso, y desconfían del gesto de EH Bildu porque llega “cuarenta años tarde”, y creen que puede ser táctico y cortoplacista para poner en apuros al PNV. La coalición puso ayer plazos a Madrid, le pidió que presente un calendario en dos meses, y colocó esta exigencia en el frontispicio del debate del nuevo estatus, como base mínima para empezar los trabajos con ciertas garantías.

A juicio de EH Bildu, no genera demasiada confianza empezar a debatir sobre la ampliación del autogobierno cuando ni siquiera se ha cumplido el Estatuto actual. Por ello, la coalición abertzale registró ayer dos iniciativas en el Parlamento Vasco para exigir al Gobierno español que presente en dos meses un calendario con el traspaso de las competencias pendientes que recoge el Estatuto de Gernika y se produzca así su cumplimiento íntegro, y también le reclamó que respete hasta la última coma el nuevo estatus que apruebe el legislativo vasco. Estas iniciativas son una manera de obtener compromisos por parte del Estado y contar con una base sólida y ciertas garantías para abordar el debate de la ampliación del autobierno. Serían una suerte de condición previa a Madrid, aunque EH Bildu en ningún momento supeditó los trabajos del estatus al cumplimiento de estos requisitos.

La coalición mantiene como aspiración política y objetivo final que Euskadi se convierta en un Estado, pero sus primeros pasos en el debate del estatus están transitando por la senda del pragmatismo. En poco más de un mes, ha lanzado mensajes que se acercan a la posición histórica del PNV. La apuesta por la vía unilateral si Madrid no respetase lo acordado por los vascos ha perdido protagonismo en su discurso, en paralelo a la recomposición de la estrategia soberanista en Catalunya tras la traumática suspensión del autogobierno.

Los parlamentarios Maddalen Iriarte y Pello Urizar presentaron ayer las dos proposiciones no de ley. Quieren que la Cámara vasca exija al Gobierno español un calendario de trabajo sobre las competencias para cumplir de forma “íntegra” el Estatuto. Iriarte justificó esa propuesta en que es necesario que los trabajos de la Ponencia de Autogobierno se apoyen en una “base sólida” y comiencen con ciertas garantías. Se propone poner fin al “bloqueo” en los traspasos por parte del Estado, y matizó que no implica renunciar a un nuevo “marco jurídico-político”. La segunda iniciativa de la coalición reclama al Estado que respete el acuerdo al que llegue el Parlamento Vasco sobre el nuevo estatus. Quiere que se comprometa a “asumir democráticamente” y a “respetar en su integridad” el acuerdo parlamentario. EH Bildu matizó que su objetivo final, no obstante, sigue siendo que Euskadi sea “un Estado”.

Estas iniciativas se han registrado unas semanas después de que el parlamentario Iker Casanova adelantara la disposición de la coalición a generar espacios de confianza con el PNV. Citó conceptos de uso corriente en el vocabulario jeltzale, como el blindaje del autogobierno y la bilateralidad con el Estado, una relación de igual a igual con Madrid. Casanova, no obstante, matizó que existen discrepancias sobre la interpretación de esa bilateralidad, y añadió que debe ser real. Las próximas semanas serán determinantes para calibrar si EH Bildu se encamina hacia el “realismo” que le ha reclamado el PNV en este debate y si hay opciones de entendimiento.

nuevo estatus Estos movimientos se producen en un contexto decisivo para el nuevo estatus de autogobierno. El miércoles de la próxima semana acaba el plazo para que los grupos parlamentarios registren sus propuestas en el Parlamento Vasco. A partir de ese momento, el debate comenzará a tomar velocidad y se pondrán en común las iniciativas para buscar puntos de encuentro.

En realidad, los partidos ya registraron hace meses sus planteamientos, pero ahora están trabajando en unos documentos de carácter jurídico, eliminando apartados del Estatuto de Gernika y proponiendo otros nuevos para traducir en un articulado sus propuestas políticas. El día 7 de febrero se reunirán en la Ponencia de Autogobierno para comenzar la negociación. El PNV espera que pueda llegarse a algún tipo de acuerdo en el primer trimestre de este año. En los próximos meses se encargaría a un grupo de juristas o una entidad de expertos la redacción del articulado completo.

El PNV persigue un acuerdo transversal entre abertzales y no abertzales. El mayor escollo llega de la mano del derecho a decidir, inasumible para los socialistas. Elkarrekin Podemos, por el contrario, sí lo defiende. Los jeltzales apuestan por actuar con inteligencia política para presentar el redactado del derecho a decidir de una forma que sea asumida por una amplia mayoría parlamentaria y que se vincule a los derechos históricos.

EH Bildu exigió ayer compromisos sobre las transferencias. “¿Cómo vamos a hablar con garantías de un nuevo marco si las competencias reconocidas hace 39 años siguen incumplidas y si encima el Gobierno español se regodea en el incumplimiento? Eso es lo que puede bloquear los trabajos de la ponencia de autogobierno, no el derecho a decidir”, dijo Iriarte. A su juicio, “PP y PSE se desmarcarán de esa exigencia y volverán a demostrar que están cómodos en el bloqueo, que su problema no es el derecho a decidir, sino que piensan que este país ya tocó techo hace 39 años y que, en consecuencia, no cabe reconocerle más derechos”.

Urizar se negó a conceder capacidad a veto a PP y PSOE sobre el derecho a decidir, porque “sería tanto como que este pueblo se arrodille en Madrid, y eso no va a suceder. El nuevo estatus político no puede sostenerse en el derecho a veto de un tercero; este proceso no va a acabar con este pueblo arrodillado”.