BARCELONA - El despliegue excepcional de policías españoles y guardias civiles en Catalunya por el referéndum del 1 de octubre finalizó ayer, tres meses después de la jornada del plebiscito. Tras recibir la orden del Ministerio del Interior, cien días después del referéndum, los agentes desplazados abandonaron suelo catalán y dejaron en el territorio el dispositivo habitual, fijo y ordinario de fuerzas de seguridad del Estado que tienen encomendadas funciones relacionadas con las aduanas y explosivos. Los policías estuvieron alojados en tres ferrys, uno de ellos conocido como el barco de Piolín; y también se alojaron en hoteles en Pineda de Mar, Calella (Barcelona) y Reus (Tarragona), donde se generó polémica por los escraches y protestas ciudadanas tras el operativo del 1-O en el que se produjeron cargas en los colegios del referéndum. El Gobierno español no quiso aclarar el volumen del dispositivo, aunque se habló de entre 4.000 y 6.000 agentes de refuerzo. - Europa Press