madrid- La muerte de Carmen Franco, única hija de Francisco Franco, deja al descubierto los litigios que mantiene la familia del dictador, acusado de organizar un expolio a lo largo de los 40 años que ostentó el poder con mano dura en el Estado español. Así, la devolución del Pazo de Meirás se ha convertido en el símbolo de la lucha de las organizaciones antifraquistas y de Memoria Histórica.

Carmen Franco (Oviedo, 1926) falleció ayer a los 91 años en su domicilio de Madrid a consecuencia de un cáncer terminal que le fue detectado este verano. En un reportaje en El Mundo publicado el pasado 18 de noviembre, la propia Carmen Franco reconocía que padecía un cáncer terminal que le habían detectado este verano. “Bueno sí, ahora es catarro, pero lo que tengo es un cáncer terminal. Todo ha sido este verano, he estado 15 días de médicos y dicen que debe ser de hace tiempo, pero bueno, lo he asumido y no pasa nada. No tengo tratamiento, no hace falta, pero bien, muchas gracias por su interés”, afirmó a la periodista en el reportaje.

Carmen Franco será enterrada en la catedral de la Almudena junto a su esposo, Cristóbal Martínez-Bordiú. Sus restos fueron trasladados desde su piso en la madrileña calle de Hermanos Bécquer hasta el Tanatorio Servisa, a donde se acercaron familiares y amigos de la fallecida, entre ellos el ex teniente coronel Tejero, implicado en el golpe del 23-F, que destacaron que fue “una mujer muy entera ante su enfermedad” y una “excepcional española”. “Desde la muerte del Generalísimo y la proclamación de Juan Carlos I en 1975, doña Carmen guardó una admirable discreción en la política y la vida social”, expresaba en un comunicado la Fundación Nacional Francisco Franco, que pedía “a todos los españoles” una oración por su alma.

Litigios patrimoniales El deceso de Carmen Franco se produjo un día después de que el Juzgado de Primera Instancia número 41 de Madrid hubiese admitido a trámite la demanda civil presentada por el Ayuntamiento de Santiago de Compostela para recuperar las estatuas del Isaac y Abraham, obras del Mestre Mateo. El Juzgado emplazaba, en el escrito de admisión a trámite, a la demandada a contestar en el plazo de 20 días hábiles sobre la situación de las figuras. Según confirmaron a Europa Press fuentes del Ayuntamiento compostelano, los servicios jurídicos abren dos posibilidades: si la fallecida hubiese recibido ya la notificación del Juzgado de Primera Instancia número 41 de Madrid, la demanda pasa automáticamente a sus herederos; si no tuviese la notificación todavía, habría que realizar un trámite jurídico para trasladarla a sus herederos.

Este no era el único litigio en el que esta enfrascado la familia del dictador. Así, el portavoz de En Marea, Luis Villares, aseguró que la “única herencia” que admite su grupo “como legítima” por parte de la familia Franco “es que devuelvan a sus legítimos propietarios” todos los bienes que obtuvieron mediante “expolio”. En rueda de prensa y cuestionado por el fallecimiento de Carmen Franco, Villares señaló que debe darse “lo antes posible” la “devolución” de lo que fue un expolio. Por ello, advirtió de que, si los siguientes herederos en la familia “siguen empeñados en no cumplir” con esta devolución, “tendrán que enfrentarse a la vía judicial”.

A juicio de Villares, la devolución del Pazo de Meirás supondría dar respuesta a una “demanda social y unánime” del pueblo gallego. “Es el momento de acabar con todo eso; ya tenía que ser mucho antes, pero ahora existe una pulsión social y decidida” en este sentido.

En la misma línea, la portavoz de En Marea en el Congreso, Yolanda Díaz, recordó que su grupo ha pedido la modificación de la Ley de Memoria Histórica para que declare “la nulidad de las sentencias y del régimen franquista” y, de esta forma, cubrir una “deuda histórica”. “Cubrimos un vacío legislativo. La Ley de Memoria Histórica tuvo un fallo de partida, que era que no declaraba la nulidad del régimen franquista; tan solo declaraba la ilegitimidad”, advirtió la portavoz de En Marea. - DNA