bilbao - El preso de ETA Ibon Iparragirre, que cumple condena en la cárcel de Alcalá Meco (Madrid) y aquejado de una enfermedad grave será trasladado, previsiblemente, en breve a un centro de salud de Arrasate. El juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, ha decidido el traslado del recluso atendiendo a su delicada salud y a los requerimientos de sus abogados y de instituciones como el Ararteko o el Gobierno Vasco.
Según ha sabido este diario de fuentes jurídicas conocedoras de la situación, el preso ondarrutarra enfermo de sida ingresará en el centro Aita Menni de la localidad guipuzcoana que, desde 2012 cuenta con una unidad de psiquiatría legal. Esta unidad está concebida para albergar a enfermos mentales con causas penales y está dotado de mayores medidas de seguridad que las de un centro sanitario ordinario.
La defensa de Iparragirre así como el Ararteko y la Secretaría general de Derechos Humanos y Convivencia del Gobierno Vasco habían solicitado la excarcelación del preso o, en su caso, el arresto domiciliario en aplicación del artículo 104.4 del Código Penal. Este precepto legal incluye la conveniencia de clasificar en tercer grado penitenciario (el régimen carcelario más abierto), por razones humanitarias y de dignidad, a las personas enfermas muy graves con padecimientos incurables que estén cumpliendo una pena privativa de libertad.
La petición del fiscal ha sido decisiva para que finalmente el juez haya decidido el traslado al centro Aita Menni y no la prisión atenuada en su domicilio bajo algún tipo de control policial o telemático. Castro ya había ordenado adelantar los trámites administrativos para, en el caso de que se produjera un empeoramiento del estado de salud de Iparragirre, tuviera que ser excarcelado de urgencia, bien en modo condicional o mediante suspensión de condena.
La familia del preso así como Etxerat y otros colectivos han subrayado en los últimos meses que se encuentra en una situación “de vida o muerte” y han pedido su puesta en libertad “antes de que sea demasiado tarde” debido a que presenta un padecimiento de VIH muy avanzado.
pulsera telemática La asociación de familiares de reclusos Etxerat considera “insuficiente y cruel” la decisión del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, ya que opina que la legislación penitenciaria dispone de suficientes medios para aplicar medidas de control como la pulsera telemática o la presentación periódica en los juzgados.
En un comunicado publicado ayer, esta asociación calificado de “límite” la situación del preso, quien a su juicio “debe estar junto a los suyos y recibir tratamiento dignamente en su casa”. Añade Etxerat que el auto dictado por el juez, tras la petición fiscal, no responde a la situación límite que padece Ibon Iparragirre”.
También Sortu criticó la decisión, al entender que los últimos informes médicos eran “concluyentes” y dejaban margen para “haber decidido que siguiera cumpliendo su condena en casa”, tal y como había solicitado la defensa del recluso. “Desde Sortu queremos incidir en la necesidad de desactivar la política penitenciaria de excepción y que sea el respeto por los derechos humanos los que marquen la orientación de las decisiones judiciales. Especialmente las dirigidas a tratar las situaciones de los presos gravemente enfermos”, señala en una nota.
Al mismo tiempo, este partido desea que la “nueva situación” de Iparragirre “le sirva para que supere la fase crítica en la que se encuentra y que dedique todas sus fuerzas a luchar por su salud”.