La aplicación del artículo 155 de la Constitución, la convocatoria de elecciones realizada por el Gobierno español, los candidatos independentistas que permanecen en prisión o en el exilio, entre otras circunstancias, convierten los comicios de hoy en una jornada, como poco, peculiar. Esta es la cuarta vez desde 2010 que los catalanes son llamados a las urnas para escoger la configuración del Parlament, lo que dará pie posteriormente a la designación del Govern. A las diversas anomalías que presentan estas elecciones se añade la de votar entre semana, en día laborable, lo que va a generar no pocas molestias a los catalanes.

Todos los trabajadores gozan de un permiso garantizado de cuatro horas para ejercer su derecho a voto. Todos aquellos que se desplazan de municipio en su día a día deberán tener en cuenta las previsibles colas en horas punta en los colegios electorales o las posibles incidencias de tráfico. La presión por conseguir una participación histórica ha llevado a algunos a organizarse para garantizar que ningún voto republicano se quede por el camino. Con este fin, y bajo el nombre Road To Vote, se ha creado un canal en la aplicación Telegram en el que ya hay 1.400 voluntarios dispuestos a hacer las veces de taxistas.

Otro dolor de cabeza para muchas familias es qué hacer con los niños y niñas que hoy no tienen clase. El Ejecutivo español decretó la jornada como día no lectivo, lo que implica que todos los centros educativos, sean o no colegio electoral, están obligados a cerrar. El resultado: las guarderías, centros de primaria, de secundaria, así como los centros universitarios, públicos y privados, permanecerán cerrados. A un día de finalizar las clases del primer trimestre y coger las vacaciones de Navidad, padres y madres han echado mano de abuelos y canguros. En algunos centros, las empresas que gestionan servicios de comedor o de acogida por la mañana se han ofrecido para ofrecer actividades durante todo el día y así poder hacerse cargo de los pequeños.

Algunos Comités de Defensa de la República también han organizado iniciativas para ocupar a los niños y niñas durante las horas que dejan a los padres al descubierto por la jornada laboral. En Sabadell, por ejemplo, se celebran jornadas de poesía para niños de 6 a 12 años. En Hostalets de Balanyà la ludoteca municipal abrirá en horario de mañana y en Bescanó, las Ampas han organizado actividades navideñas. Algunas empresas comprometidas con la conciliación familiar han habilitado un espacio en las propias instalaciones para acoger a los niños de diferentes edades ofreciendo a sus trabajadores un servicio de canguro compartido.

Impacto económico Catalunya no votaba en día laborable desde el inicio de la democracia. Si bien la última vez que los catalanes votaron entre semana fue en 2006, cuando José Montilla (PSC) revalidó su mandato, aquel miércoles 1 de noviembre era festivo, día de todos los Santos. Los expertos señalan que no hay antecedentes sólidos para vaticinar si esta circunstancia favorece a algún bloque en concreto o si tendrá un alto impacto en la participación. Quien sí ha dado un toque de alarma es la patronal PIMEC, que calcula que las elecciones tendrán un coste de 230 millones de euros para las empresas. Los permisos de los que gozan los apoderados, los miembros de las mesas y los interventores, así como el lapso de cuatro horas del que disponen todos los trabajadores para ir a votar, corre a cargo de los bolsillos de los empresarios.

Por si la jornada no fuera suficientemente compleja, los CDR y la ANC han impulsado a lo largo de esta semana un recuento paralelo al oficial. El objetivo es controlar y denunciar posibles irregularidades ya que consideran que las vías oficiales no ofrecen suficientes garantías y no confían en que los resultados sean limpios. Los más de 37.000 voluntarios que se van a desplegar como apoderados de las diferentes candidaturas independentistas tendrán la árdua tarea de supervisar los recuentos de todas las mesas posibles. El gabinete de Mariano Rajoy no reconoce ninguna validez a este recuento pero anuncia que, por primera vez, se publicaran los resultados de todas las mesas escrutadas.