tres meses y medio, 107 días en concreto, es el tiempo que dura la interinidad en la dirección de Podemos Euskadi. Desde que la líder saliente Nagua Alba anunciara a finales de agosto que dejaba su cargo hasta hoy, jornada en la que el partido morado abre una nueva etapa en su corta trayectoria. Las miradas se posan sobre los tres candidatos con más opciones para hacerse con la Secretaría General. El continuista Lander Martínez (con la candidatura Guztiok Bat) es el aspirante con más posibilidades de alzarse con la victoria en las primarias; si bien la crítica María Valiente (Denontzat-Podemos para Todas) y la anticapitalista Neskutz Rodríguez (Zurekin Martxan) podrían asomar con fuerza. La participación ha alcanzado el 24%, un porcentaje superior a anteriores procesos internos, aunque el número de votos haya caído hasta los 2.440.
Lo que pueda acontecer con el Consejo Ciudadano Autonómico, el máximo órgano de dirección del partido y que se vota de forma separada a la Secretaría General, será harina de otro costal. Y es que de qué corrientes provengan quienes ocupen sus 34 sillas determinará los nuevos equilibrios internos y, por consiguiente, la estrategia política y organizativa de cara a los próximos años. Durante la jornada de hoy se sabrá, en una comparecencia que Podemos Euskadi ofrecerá en su sede de Bilbao en la calle Ibáñez, la composición de un organismo vital que, pese a ser decisivo para establecer la hoja de ruta ideológica, se ha visto sacudido en numerosas ocasiones por las fricciones, estuviera quien estuviera al frente.
Aunque todas las sensibilidades apelan a la unidad, la tercera fuerza política de la CAV se debate entre encaminarse al continuismo o virar hacia la reinvención. A consolidarse en las tesis políticas errejonistas de la última dirección, más ligadas a la plancha de Martínez, o a que la candidatura de Valiente, de corte pablista, y la de Rodríguez, ambas críticas con el proceder de la ejecutiva saliente, puedan disponer de más representantes y de esta formadar un giro de 180 grados.
Tras quedar definida la brújula política durante la etapa de la secretaría general saliente capitaneada por Nagua Alba, Podemos afronta ahora el reto de explorar unas nuevas coordenadas para su GPS programático si Martínez, que ha ejercido de secretario de Organización en la última dirección, no logra la mayoría de representantes en el Consejo Ciudadano vasco. El planteamiento del que ha sido mano derecha de Alba pasa por no desechar el trabajo realizado durante el último año y medio en el que, a su juicio, el partido se ha asentado en Euskadi. Ello no quiere decir que sus documentos político y organizativo no hayan incluido novedades para amoldar el partido a la coyuntura política. Pero la pugna se centra, sobre todo, en dos cuestiones: la fortaleza que muestren los críticos de Denontzat-Podemos para Todas y la irrupción que experimenten los anticapitalistas de Zurekin Martxan. Ambos sectores podrían unir fuerzas por sus mayores coincidencias en cuanto a la necesidad de reconstruir el partido para recuperar el liderazgo de las fuerzas progresistas de la CAV.
Otro factor que influye decisivamente en el resultado final es la participación, que durante los últimos tiempos ha venido cayendo sin remisión. Se pensaba que la necesidad de verificar a los votantes -con un escaneado del DNI- ejercería de freno. Así ha sido en parte, ya que se han contabilizado 2.440 votos pero una cuota mayor, del 24%. En las primarias anteriores en las que venció Alba, se rebasaron los 3.200 votos, lo que supuso un porcentaje del 22% de entre los más de 14.000 inscritos. En las primeras, en las que los militantes optaron por Roberto Uriarte, se emitieron casi 3.500. La cantidad de sufragios emitidos es en un principio beneficiosa para Guztiok Bat. Por el contrario el método Desborda, el sistema de elección estrenado en la asamblea estatal de Vistalegre II, otorga mayores beneficios que antaño en cuanto a garantizar la representación de las listas pequeñas, como podría ser el caso de los anticapitalistas.
campaña tranquila Lo cierto es que las tres corrientes mayoritarias en liza se han afanado durante las últimas semanas en arañar votos a sus contrincantes en una campaña interna que podría calificarse de guante blanco en comparación con las tensiones de las dos anteriores. Ha habido tres debates entre todas las candidaturas en liza en las tres capitales vascas, además de algunos actos en los círculos que mayor número de simpatizantes tienen en la CAV. Asimismo, y antes de abrir las primarias, se llevó a cabo una asamblea presencial de debate a la que acudieron las diferentes familias que cohabitan en el partido morado. Todo ello ha servido para calmar las aguas, al menos de puertas para afuera.
Hoy se conocerá la composición del nuevo Consejo Ciudadano vasco, pero algunas candidaturas, caso de los anticapitalistas, ya apuntaban desde ayer al escenario futuro. “Los resultados arrojarán una dirección muy plural y diversa a la que le corresponderá gestionar con coherencia, descentralización, humildad y generosidad la riqueza de esa pluralidad”, apuntaron. Ese ha sido el principal foco de problemas durante los tres años de trayectoria de la formación morada en la CAV. Martínez, Valiente o Rodríguez tienen en sus manos las llaves para alcanzar la paz o volver a las andadas.
Neskutz Rodríguez. Candidata de corte anticapitalista y portavoz del partido en las Juntas de Bizkaia, ya sabe lo que es competir en las primarias. Espera que Zurekin Martxan irrumpa con fuerza en el Consejo Ciudadano.
María Valiente. Juntera en Gipuzkoa, encabeza una candidatura coral junto a Miren Gorrotxategi y Garbiñe Ruiz. Afín a las tesis ‘pablistas’ y cercana al exlíder Roberto Uriarte, confía en reinventar Podemos para consolidar su posición.
Lander Martínez. Cara visible de Podemos en el Parlamento Vasco, y anterior secretario de Organización en la dirección saliente, parte como principal favorito. Aspira a renovar Podemos pero sin tirar por la borda la trayectoria del partido.