El Gobierno Vasco emplaza a los presos de ETA a que materialicen su intención declarada desde hace varios años de pedir la progresión de grado penitenciario y pasar del primero al segundo, que les permitiría mejorar su situación penitenciaria. El secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación, Jonan Fernández, considera que estos “retrasos” no contribuyen a hacer posible un cambio en la política penitenciaria de los gobiernos español y francés y apremia a los reclusos de la banda a que concreten los pasos necesarios.
En la actualidad, alrededor de 300 presos de ETA cumplen su condena en prisiones de los Estados español y francés. Salvo excepciones, la mayoría de los reclusos son calificados en el primer grado, el régimen penitenciario más severo y en el que no pueden disfrutar de permisos ni beneficios penitenciarios. Esta situación mejora ostensiblemente cuando progresan al segundo grado, calificación que tiene que pedir el propio interno. La concesión de este grado corresponde a la dirección de la prisión tras estudiar los informes de la junta de tratamiento del centro que valora el comportamiento del recluso, así como su distanciamiento de la violencia y su participación en la vida de la cárcel participando en actividades o desarrollando algún tipo de trabajo en prisión. Los presos de ETA se han negado desde siempre a aceptar trabajos o cualquier otra actividad, lo que ha impedido su paso a segundo grado. Algunas informaciones de los últimos días señalan que hay presos que han comenzado a aceptar trabajos.
En una entrevista a Euskadi Irratia, Fernández recordó ayer que estos pasos se están haciendo de rogar ya que el primer anuncio fue en diciembre de 2013 y el último este pasado verano, “y aún no se han dado esos pasos”. A su juicio, “no es fácil entender por qué se dan estos retrasos, si está claro que hay que trabajar esa vía para cambiar de verdad la situación”.
En cuanto a las acciones para pedir cambios en la política penitenciaria, y sin cuestionar el derecho de cualquier persona a manifestarse, Fernández subrayó que es necesario “un cambio de mentalidad, ya que si continuamos haciendo lo de siempre, quizá las cosas continúen como siempre”. A su juicio, resultan más efectivas otras actuaciones como el que los presos soliciten esa progresión de grado o el reconocimiento del dolor causado de manera injusta durante tantos años de violencia.
Además pidió a ETA que se disuelva “cuanto antes y de verdad, sin eufemismos”. “Si desaparece debe quedar claro para todo el mundo, desde que lo anuncia, que ha desaparecido”, concluyó. - H. Unzueta
El secretario general de Derechos Humanos, Jonan Fernández. Foto: Efe