MADRID. En un informe publicado este jueves tras una visita de trece días de una delegación a cárceles y centros de detención españoles, el CPT descarta que los malos tratos estén generalizados en las prisiones españolas, y subraya que la "gran mayoría" de las personas entrevistadas afirmaron ser tratadas correctamente, pero sí advierte de que su delegación ha tenido conocimiento de denuncias de exceso de la fuerza por parte de las autoridades españolas.
"La delegación sí recibió ciertas acusaciones creíbles sobre uso excesivo de la fuerza en el momento de la detención, una vez que la persona en cuestión ya estaba reducida (como bofetadas, puñetazos y patadas en la cara y tobillos, al igual que golpes con la porra) y sobre casos de personas detenidas a las que los agentes de policía habían propinado bofetadas, puñetazos, patadas y golpes con la porra tras llegar a la comisaría", señala el documento.
El CPT alerta de la aplicación de "fijación mecánica" de internos, una práctica, que según el Comité, responde a una finalidad "punitiva". "La delegación del CPT vio que se recurría a la inmovilización de los presos durante largos períodos (días y horas, y no minutos) sin ningún tipo de supervisión ni registro adecuado", indica el informe, que advierte que se ha aplicado a detenidos con problemas mentales. Esta práctica podría suponer, en muchos casos, trato inhumano o degradante, apunta el texto. Igualmente, el informe pone el acento en el régimen de detención incomunicada, que pese a haberse limitado y sus restricciones se establezcan de forma individual, recalca que debería desaparecer de la legislación española.
RECOMENDACIONES
El CPT valora que el número de decisiones judiciales para aplicar la detención incomunicada haya disminuido en los últimos años y que no se haya ordenado este régimen de detención ni en 2015 ni en 2016, lo que considera un "avance positivo". Pero insta al Gobierno a que, por principio, la posibilidad de imponer este régimen "debería eliminarse por completo de la legislación española".
Sobre las inmovilizaciones, el informe señala que ya se hicieron recomendaciones en el pasado para que se regulara debidamente el recurso a la inmovilización, algo que no sucedido. "El CPT reconoce que en todo sistema penitenciario existen ciertos reclusos que representan un serio peligro para ellos mismos y/o para otros y para los que es necesario recurrir, en ocasiones, a medios de contención en un centro penitenciario", indica el Comité, pero, a renglón seguido pide adoptar normas "mucho más estrictas y propone unas reglas mínimas que rijan la medida de la sujeción mecánica de reclusos para fines regimentales".
Así señala: "la fijación mecánica debería ser considerado el último recurso durante el menor tiempo posible para evitar que se dé el riesgo de que el interno en cuestión se haga daño a sí mismo y a terceros", rechazando que esta norma se aplique como castigo a los presos.
Con respecto a la violencia física, el CPT reitera su recomendación de que las autoridades españolas permanezcan atentas en su esfuerzo por combatir los malos tratos por parte de los agentes de las fuerzas del orden. "En este sentido, se debería enviar un claro mensaje a todos los agentes sobre el hecho de que toda forma de maltrato, incluido el comportamiento irrespetuoso hacia los detenidos, es algo inaceptable y será sancionada debidamente", apunta el informe.