BARCELONA - La huelga general de país convocada por un sindicato minoritario (Intersindical-CSC) con la colaboración de ANC y Òmnium para criticar la represión del artículo 155 de la Constitución y denunciar la situación de los “presos políticos” encarcelados cosechó un seguimiento desigual pese a las miles de personas que se lanzaron a las calles otra vez más a las calles de Catalunya. Mientras que el paro encalló en industria o comercio, sí que tuvo impacto en la educación y la movilidad, con alrededor de 70 puntos de carretera cortados, sobre todo en el perímetro de Barcelona y estaciones del AVE, como la de Girona y la capital catalana, bloqueadas. Los convocantes se felicitaron por el “éxito” de una jornada sin incidentes reseñables cuyo seguimiento fue “mínimo y residual” para el Gobierno español.
Desde bien entrada la mañana lo piquetes se centraron especialmente en cortar las vías de conexión, lo que generó problemas en el tránsito. Las líneas de transporte público de Barcelona -salvo el aeropuerto del Prat y el puerto- fueron las principales damnificadas. De hecho, y a últimas horas de la tarde, la estación del AVE de Sants tuvo que ser cerrada ante la muchedumbre que fue ocupando una a una las vías de alta velocidad y de cercanías. Renfe y Adif calcularon que más de 10.000 viajeros se vieron afectados. También resultó complicado transitar por las carreteras principales de Catalunya como la AP-7, la A-2, la AP-2, la C-58, la B-20 o la C-32, que se vieron afectadas por kilométricas e interrupciones circulatorias en más de sesenta puntos. Así, no es de extrañar que el sector del transporte hablara de “perdidas millonarias”. El seguimiento del paro en la enseñanza, por su parte, alcanzó el 30%, aunque Intersindical-CSC la incrementaron al 80% y a un 40% en la administración.
Fueron la cara de la moneda para los sindicatos de una huelga que, por el contrario, no tuvo tanto impacto en la industria o el comercio. El secretario general técnico del Ministerio del Interior, Juan Antonio Puigserver, se escudó en los datos de consumo industrial para asegurar que el parón había fracasado. Fue un 3% superior al de una jornada sin huelga. El consumo de hidrocarburos también fue el de una jornada normal. Puigserver ahondó en que el impacto fue “escaso, mínimo y residual”.
mirando al 11-N Un acto organizado en Barcelona por sindicatos catalanes como UGT, Ustec, Intersindical-CSC y Unió de Pagesos cerró la huelga. Convocado por la Taula per la Democràcia en la plaza de la Catedral, la central convocante se reafirmó en el “éxito” obtenido en una huelga que volvió a mostrar el pacifismo del pueblo catalán. En la misma participaron los actuales máximos responsables de ANC y Òmnium, Agustí Alcoberro y Marcel Mauri. Además de reclamar la salida de prisión de Jordi Sànchez, Jordi Cuixart y los ocho exconsellers en prisión y la vuelta de Puigdemont y otros cuatro exconsellers de Bélgica, ambos llamaron a que la manifestación del sábado 11 de noviembre sea más multitudinaria, a imagen y semejanza de las concentraciones de la Diada del 11 de septiembre.