Quebec - La cuestión catalana persigue un día sí y otro también al lehendakari Iñigo Urkullu en su viaje oficial a Quebec, en el que está estrechando vínculos de colaboración y cooperación en diferentes ámbitos con la potente provincia/territorio autónomo de Canadá. En el acto principal de su agenda de los cinco días que durará la visita, se reunió ayer con el primer ministro quebequense, Philippe Cuillard, y en la comparecencia conjunta posterior a la firma de los acuerdos entre ambos, la prensa local y la vasca les requirieron su posición sobre la situación en Catalunya. El jefe del Ejecutivo vasco insistió en la necesidad del diálogo pero vio con buenos ojos que el president Carles Puigdemont haya decidido que su partido concurra a las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre porque, a su juicio, supone un paso hacia la distensión entre Catalunya y Madrid. En presencia de su homólogo quebequense, defendió el modelo de Quebec para la resolución legal, pactada y democrática de las cuestiones de las naciones sin Estado y emplazó a Mariano Rajoy a que tomara en consideración esta vía. Por su parte, Cuillard desveló que se ofreció a una mediación entre los Gobiernos español y catalán, pero fue rechazada por Moncloa.
Los ecos de la situación catalana llegaron ayer también hasta los salones donde el lehendakari está manteniendo desde este lunes y hasta el próximo viernes encuentros con autoridades político-institucionales, económicas y culturales de Quebec y también, a partir de mañana, de la provincia anglófona de Ontario. Urkullu fue recibido por el primer ministro quebequense en la sede de gobierno de la capital (también se llama Quebec). El objetivo principal del encuentro era la firma de dos memorandos de colaboración entre ambos países: uno más amplio sobre medio ambiente y lucha contra el cambio climático, la cultura y el patrimonio lingüístico, el desarrollo económico y el empleo, y la innovación; y otro más sectorial sobre intercambio de residencia para artistas de la danza contemporánea entre Quebec y Euskadi. Estos acuerdos se enmarcan en la estrategia de internacionalización de la marca Euskadi-Basque Country 2020 que impulsa el Gobierno Vasco y que hasta la fecha ha reunido en esta red de alianzas estratégicas a otras seis áreas o regiones del mundo con intereses dispares para Euskadi: Aquitania, Baviera, Flandes, Querétaro (México), Jiangtsu y Cundinamarca (Colombia).
Tras presentar y explicar los memorandos, y a preguntas de los periodistas, Urkullu se refirió a la situación de Catalunya abierta tras la convocatoria por parte de Rajoy de elecciones autonómicas el 21 de diciembre. A su juicio, es importante que el propio president Puigdemont dé por buena la celebración de los comicios cuando exige al presidente Rajoy que acepte y respete los resultados electorales. “Es un paso muy importante a la hora de proceder a la distensión de la situación”, precisó. A renglón seguido volvió a poner sobre la mesa la necesidad de diálogo para encauzar la situación y censuró a Rajoy por no haberlo intentado. “En el Estado español ha faltado diálogo democrático, con voluntad para el acuerdo”, remarcó, añadiendo que esto lleva consigo un riesgo de que se produzca una “fractura social”. “Quienes representamos a las instituciones no estamos para provocar más problemas de los ya existentes, sino para solucionar los que existen”, apostilló, en referencia probablemente a los dos presidentes implicados en la crisis catalana.
Urkullu volvió a exhibir el modelo de Quebec y de Canadá (uno de los países con una mayor descentralización del mundo) para la resolución de los problemas nacionales internos, personificados en este caso en Quebec y en la denominada Ley de Claridad que el Parlamento de Canadá aprobó en junio de 2000 para regular de manera acordada un eventual tercer referéndum en la provincia autónoma canadiense, los intentos de alcanzar la independencia en los plebiscitos de 1980 y, sobre todo, de 1995 en el que el sí a la independencia se quedó a tan solo 50.000 votos de lograrlo, al reunir al 49,42% de los votantes frente al 50,58% de los partidarios del no a la separación de Quebec con Canadá.
El lehendakari apuesta por el ejemplo de Quebec, no solo como aliado político, económico y cultural, sino también como referencia imprescindible para una solución dialogada y pactada de las naciones dentro de los Estados, como es el caso de Catalunya y la propia Euskadi. “El Gobierno español debería tomar en consideración la realidad de Quebec y Canadá”, destacó Urkullu.
MEDIACIÓN Estas palabras del lehendakari fueron apenas unos instantes después de que el primer ministro quebequense desvelara que su gobierno había tratado de mediar entre los gobiernos de Rajoy y Puigdemont, aunque sin éxito debido a la negativa en redondo de Moncloa a considerar la crisis como un problema externo con necesidad de mediación. Cuillard evitó cualquier injerencia en las cuestiones internas del Estado español, pero dejó entrever su pesar por la negativa del Gobierno español a aceptar esta vía. “Ofrecimos nuestros servicios voluntarios a través de la embajada de España y las autoridades catalanas en Quebec, pero no podemos imponernos si no hay voluntad por alguna de las partes”, aclaró el mandatario quebequense en referencia al gabinete de Rajoy.
En línea con la posición de Urkullu, el primer ministro de Quebec defendió el “diálogo democrático” como la mejor forma de solucionar el problema catalán. Tras declarar que la comunidad internacional no entiende lo que está sucediendo en España, Cuillard criticó la vía unilateral llevada a cabo por el Govern catalán porque “los estados democráticos no funcionan así y este tipo de iniciativas solo son válidas en el caso de que haya una violación o no respeto de los derechos humanos, que no es el caso de lo que pasa en Catalunya. No reconozco un referéndum unilateral porque España es un Estado democrático”, dijo.