Barcelona- El movimiento soberanista realizó ayer en Barcelona la enésima demostración de fortaleza en un momento en el que las autoridades españolas han imprimido una mayor presión sobre las instituciones y entidades que apoyan que Catalunya rompa definitivamente sus amarras con España. Unas 450.000 personas, según apuntaron desde la Guardia Urbana de la capital catalana, participaron en una nueva macromanifestación en principio convocada para denunciar el encarcelamiento de los presidentes de Òmnium Cultural y ANC, Jordi Cuixart y Jordi Sànchez, pero que fue aún más masiva tras verse espoleada por la aplicación del Gobierno de Rajoy del artículo 155 de la Constitución que suspende el autogobierno y cesa al president y sus consellers. El Govern, junto a una amplia nómina de representantes de las formaciones nacionalistas, estuvieron presentes en la masiva concentración.

Esteladas, carteles con diferentes lemas, aplausos y gritos en favor de la liberación de los líderes civiles soberanistas -conocidos ya como ‘los Jordis’ y que están acusados de sedición por su papel en la manifestación frente a la Conselleria de Economía el 20 de septiembre- se mezclaron entre las miles de personas que recorrieron la marcha, que fue secundada por decenas de entidades y arrancó a las 17.00 horas. La escenografía no fue diferente a las grandes manifestaciones que las agrupaciones independentistas han venido protagonizando durante las últimas semanas, pero sí fue más destacable la amplia nómina de políticos que tomó parte. Puntuales a la cita, Puigdemont y todos sus consellers, además de una amplia representación de partidos como PDeCAT -con el expresident Artur Mas, Neus Munté y Marta Pascal-, ERC -Marta Rovira y Gabriel Rufián-, la CUP, CatComú -Xavier Domènech- o Podem -Albano Dante Fachín-, se colocaron en primera fila, en la que también se encontraba la presidenta del Parlament, Carme Forcadell. El Govern, en principio, no iba a tomar parte. La activación del artículo 155, sin embargo, hizo que salieran a la calle y pudieran darse todo un baño de masas.

Avanzando lentamente por las principales arterias de Barcelona bajo gritos que reclamaban la independencia, llamaban a la libertad de Sànchez y Cuixart, exigían la intervención de las instancias europeas -con el ya famoso eslogan Help Catalonia- o pedían responder a la amenaza del Gobierno de Rajoy con la proclamación de la independencia. Apenas una hora después estaba previsto que la marcha alcanzara la Gran Vía, meta de la concentración. Aunque algo tarde con respecto al horario estipulado, durante el acto final se pudo leer una carta enviada por Sànchez y Cuixart desde la prisión de Soto del Real donde están encarcelados. En ambas se agradecía el apoyo brindado a ambos. “Sin renunciar al deseo del pueblo. La causa por la que luchamos es el derecho a decidir y el derecho a la autodeterminación” fueron las palabras del responsable de Òmnium, que lanzó un llamamiento para “continuar con la serenidad, el coraje y el saber hacer pacífico, pero sin renunciar nunca al deseo del pueblo”. El líder de la ANC, por su parte, afirmó estar “bien” pero que no se deje de luchar “por la libertad”. Además invitó a “no aflojar a favor del diálogo y de la independencia”.

“No pasarán” El acto contó con las alocuciones de los segundos de abordo de ambas entidades soberanistas, que coincidieron en afirmar el éxito de la protesta para apuntar que, a la vista del apoyo ciudadano que mantiene su causa “ningún gobierno puede suspender la soberanía popular” pues “las instituciones somos nosotros”. Con un “no pasarán” como frase más repetida por el portavoz de Òmnium Cultural, Francesc Mauri, quien advirtió de que “hoy, mañana y siempre” las instituciones serán “lo que nosotros queramos que sean”, en referencia a la ciudadanía catalana, pues “absolutamente nadie nos las podrá quitar”. Mauri aseveró que con el golpe no solo suspenden los derechos civiles, suspenden la democracia en España”. “¿No podéis entender que con represión y violencia no podéis construir nada más? ¿No podéis entender que solo somos un pueblo de paz?”, se cuestionó. “Ya es suficiente, estamos hartos”, concluyó haciendo alusión a que Moncloa, con ayuda de PSOE y Ciudadanos, se había “cargado la democracia”, y un autogobierno catalán que “ya fue suspendido en el 2010” tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. Mauri cerró su intervención con unas palabras en castellano e inglés con las que reclamó la “libertad inmediata de los Jordis” y auguró que el independentismo “ganará”.

El vicepresidente de la ANC, Agustí Alcoberro, aseguró por su parte que el Estado español había optado por dar “un paso más” en su “escalada represiva”, pero que el catalán es un “pueblo organizado” que defenderá sus instituciones políticas. La encarcelación de ‘los Jordis’ “da la talla de la naturaleza del Reino de España”, puntualizó para posteriormente señalar que el hecho de que haya “dos presos políticos” es “una vergüenza para cualquier sociedad”. Pese a los golpes que el Estado pueda asestar a ambos colectivos, Alcoberro instó a mantenerse firmes. “Quieren decapitar el país y cargarse nuestro sistema de autogobierno que es centenario”, aseveró, pero “habrá relevos para cada persona que caiga”.

defensa de Catalunya La actriz Lloll Bertran fue la encargada de leer el manifiesto de la concentración. El texto fue modificado durante la misma jornada de ayer debido a la gravedad de los hechos que iban sucediendo, pero el grueso de la declaración tuvo a la situación de Cuixart y Sànchez como principales argumentos principales, pero tampoco dejó pasar la oportunidad de “rechazar la decisión del Consejo de Ministros de destituir al Govern de la Generalitat, escogido democráticamente, e intervenir las instituciones catalanas de manera totalmente injustificada, nombrando a dedo a los responsables”. “Exigimos que cese la persecución de nuestros políticos escogidos democráticamente”, insistió Bertran.

La última llamada a la movilización en Catalunya se solventó con éxito. Todo indica que no será la última, ya que ANC y Òmnium Cultural han apostado por redoblar esfuerzos ante los acontecimientos. No en vano la presión ciudadana en forma de manifestaciones de gran formato es una de los principales arietes con los que cuenta el soberanismo para dar visibilidad a sus reclamaciones. Ayer, de hecho, se lanzaron claros llamamientos a mantener el pulso. - DNA / Agencias