BARCELONA - Hubo un tiempo en Euskadi, cuando el sonido de la violencia permanecía en activo, que se patentó una declaración de intenciones: cuando cese la actividad armada se podrá debatir sobre todo, incluida, evidentemente la independencia. Con lo que está aconteciendo en Catalunya parece que esa aseveración, para algunos, era solo cantos de sirena. Primero fue el portavoz popular Pablo Casado quien sugirió ilegalizar a los partidos que incluyan en su programa electoral la secesión, y ayer le siguió el juego el líder del PP en Catalunya, Xavier García Albiol, popular también por avivar el fuego allí donde hay llamas. “Tendrían que prohibirse los programas electorales que no se ajusten a la legalidad”, soltó acerca de una hipotética cita con las urnas. La afirmación equivaldría a la ilegalización de las formaciones que tengan como finalidad la ruptura, aunque él negó ese término de ilegalización, y lo ciñó a no dejar concurrir a los programas “que no se ajusten a la legalidad” si proponen “la proclamación de una república independiente”.

Pocas horas después tuvieron que salir a corregirle desde Génova. El coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maillo, aseguró que “afortunadamente en España uno puede sentirse como quiera, independentista o no” porque lo que provoca la intervención de los tribunales y una condena judicial y también política son los hechos, lo que a su juicio constituye “uno de los grandes valores de la democracia”. De esta forma enmarcó tanto la opinión de Casado como la de Albiol en el contexto de lo “personal”, si bien reconoció que “hay países donde esa regulación existe”. El asunto no ha sido debatido tampoco en el comité de dirección del PP. “En España uno puede pensar libremente, tomar partido por la independencia en un Estado democrático como el nuestro y eso, afortunadamente, se sigue manteniendo”, matizó, para insistir en que lo “lo que se condena, lo que conlleva respuesta judicial y política son los hechos”. “Uno puede sentirse como quiera, independentista o no”. Quizás, otra cosa sea poder pelear por esa aspiración.

Por lo demás, Albiol avisó de que, si llegado el jueves, Puigdemont no rectifica su posicionamiento, el Gobierno español estará “legitimado” para aplicar el artículo 155, que deberá servir para “descontaminar políticamente” la Generalitat. Así censuró la carta del president a Rajoy en la que no aclara si declaró la independencia. “Es una respuesta que parece redactada para satisfacer a los radicales de ERC y de la CUP, en lugar de a la inmensa mayoría de catalanes que apuestan por el equilibrio y volver a la normalidad de forma inmediata”, argumentó el dirigente popular, quien advirtió de que “la paciencia del Gobierno y del Estado de Derecho tiene un límite y está en el próximo jueves”, porque “los catalanes no pueden seguir viviendo ni un minuto más en la incertidumbre y la inseguridad política, jurídica, económica y social”.

Albiol rechaza la idea de elecciones inmediatas ya que “no aportarían ninguna solución”, pues esos comicios “no se podrían afrontar en un clima de normalidad democrática”. Confió además en que el 155 se aplicará “con prudencia para sanar y corregir algunas situaciones que en la Generalitat están pervertidas”.