Barcelona - Entraron los últimos en el pleno y se marcharon los primeros. Y es que la de ayer no fue la proclamación de independencia pretendida por la CUP. La postura mantenida por el president Carles Puigdemont enfadó a la formación antisistema, a pesar de que durante su alocución la portavoz en el Parlament Anna Gabriel tratara de no romper puentes al entendimiento futuro con sus socios soberanistas de Junts pel Sí (JxSí). Firmada la declaración soberanista, los cuperos no le dieron “validez” y advirtieron a Puigdemont que le darán un mes de plazo para firmar una real. “Reclamamos a Puigdemont que establezca de forma pública un límite en las negociaciones, proponemos que sea de un mes, pero estamos abiertos a escuchar. Lo que no podemos es darle un tiempo ilimitado, no se puede eternizar en los meses y dejar colgado el proceso independentista”, aseguró el portavoz del secretariado nacional, Quim Arrufat, en un comparecencia posterior al pleno.

Arrufat avanzó que propondrán al Consejo Político, principal órgano interno de la CUP, que sus diez parlamentarios no vuelvan a la actividad parlamentaria ordinaria “hasta que no se den pasos hacia la república catalana”, a pesar de que ayer nuevamente mostraran su plena disposición a trabajar para hacer que la declaración de independencia sea efectiva “en sede parlamentaria en los próximos días”. La confianza para con JxSí, que de esta forma se quedaría en una más que peligrosa minoría parlamentaria, queda mermada. “Ha quedado tocada”, reconoció Arrufat, especialmente cuando el plan establecido de antemano saltó por los aires apenas una hora antes de arrancar el pleno.

“No ha sido el pleno en el que habíamos trabajado con el Govern y con JxSí y que entendíamos que correspondía después del referéndum y de la huelga general del 3 de octubre, pero una hora antes del pleno se han cambiado todos los guiones”, aseguró. “No permitiremos que esta legislatura acabe sin plasmar la voluntad que se reflejo el 1-O”, sostuvo Arrufat, quien apenas coincidió en sus apreciaciones con las expuestas antes por la portavoz parlamentaria, Anna Gabriel, quien optó por un discurso de perfil más bajo en el que rehuyó la crítica directa hacia JxSí.

El enfado de la CUP también se vislumbró a través de su colectivo juvenil, Arran. A través de Twitter, criticaron la “traición inadmisible” de Puigdemont por frenar “el mandato popular claro y rotundo” del referéndum. “Millones de personas heridas para esto? No tenéis vergüenza, Junts pel Sí”, apostillaron.