girona - El ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, transmitió ayer su agradecimiento a la labor de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Catalunya felicitando en persona al guardia civil que, en pleno despliegue por el referéndum del 1 de octubre, convenció a un padre con su hijo a hombros para que no lo expusiera a una eventual carga policial. “Que un día ese padre tenga la integridad de llamar y pedir perdón”, le espetó.
La escena se produjo en las instalaciones militares de Sant Climent de Sescebes, en Girona, adonde a primera hora viajó Zoido para hablar con los guardias civiles del GAR y GRS movilizados desde diferentes puntos del Estado español. Antes desayunó con los policías nacionales de UIP y UPR alojados en La Junquera.
Zoido tuvo la oportunidad de saludar en persona al guardia civil que protagonizó una de las imágenes virales del 1-O. Ocurrió en Sant Julià de Ramis, en Girona, uno de los puntos calientes del independentismo y de la actuación policial, ya que era el lugar donde tendría que haber votado el president de la Generalitat, Carles Puigdemont.
Entre los cientos de personas que rodeaban un tractor colocado en la puerta, destacaba un padre con su hijo a hombros. En medio de empujones e insultos a la Guardia Civil, un agente de este Cuerpo se dirigió a este padre para invitarle a que cejara en su actuación. Para Zoido es el “símbolo” que anula el mensaje independentista basado en “la violencia, el odio y la coacción”, la foto, según él, que silencia el grito de “que se vayan”.
En Sant Climent de Sescebes fueron reubicados los agentes insultados y hostigados en Calella tras el referéndum “paripé”, según la definición del ministro. Los ánimos, según cuentan algunos de estos 254 guardias civiles, se han calmado después de la “encerrona” que vivieron el 1 de octubre, con los posteriores escraches que hubo en sus hoteles. “Ahora vivimos con tensión por estar lejos de nuestras familias y a la espera de órdenes ante la posible declaración unilateral”, explicó un agente del GAR.
La visita de Zoido calmó los ánimos en una jornada con momentos para la emoción y el humor. Por ejemplo con Lucía, una mujer de un guardia civil de Sevilla que llamó al ministro a su teléfono días atrás. Lucía estaba preocupada por El Gordo, que es como conoce todo el mundo a su marido. Zoido la llamó desde su móvil con la función de manos libres activada. “Lucía, te está escuchando El Gordo”, le dijo, cruzando bromas con él y el resto de compañeros. La mujer mandó desde Sevilla un mensaje que emocionó a todos: “No estáis solos, España os quiere; marcháis juntos y volvéis juntos. ¡Viva la Guardia Civil!”. Este guardia civil con una larga experiencia no pudo reprimir la emoción. “Vaya en el marrón que me has metido”, le dijo a su mujer todavía con el teléfono del ministro del Interior. La mujer, por su parte, tenía que mandar un último mensaje a Zoido: “Que arregle España y aumente la nómina a esta gente”.
Era la segunda vez que los guardias civiles respondían con un olé, seguido del aplauso unánime. Antes había ocurrido lo mismo con otro agente que convirtió en viral su respuesta a una cacerolada frente a su hotel. “Bueno, ¿vamos a cantar un fandanguito?”, le propuso el ministro, saludando su ingenio para “dar morcilla a la intolerancia”. Y “el niño de Calella”, como lo han bautizado sus compañeros, se arrancó con otro fandango.
Antes de desplazarse a Sant Climent, el ministro saludó a los 110 policías nacionales que están alojados en La Junquera tras ser movilizados desde Madrid, Oviedo, Valladolid, Elche y Alicante. “Hoy el respaldo de la sociedad es mayor que antes de venir”, les señaló, lamentando la presión sufrida por “una minoría que ha perdido el rumbo y el sentido común”, siguiendo “las instrucciones” del president de la Generalitat, Carles Puigdemont.
sin fecha de vuelta También admitió que no les puede concretar hasta cuándo permanecerán lejos de sus familias. “Depende de vuestros mandos pero esto sólo podéis hacerlo vosotros”, admitió Zoido, que estaba acompañado por el máximo responsable operativo de la Policía Nacional, el comisario Florentino Villabona. “Estamos orgullosos”, añadió rodeado por policías, “no sé de qué manera podremos corresponderos”. - E. P.