barcelona - Los Mossos d’Esquadra, con su mayor Josep Lluís Trapero al frente, se sitúan en el centro de la polémica. Mientras sindicatos policiales y asociaciones de la Guardia Civil cargaron contra los agentes de la Policía catalana y su mayor por considerar que con su actuación “pusieron en riesgo el Estado de derecho”, el Sindicato de Policía de Catalunya (SPC) aseguró ayer que algunos agentes de la Policía y la Guardia Civil cruzaron el 1-O una “línea roja” que será difícil de olvidar con sus “inaceptables agresiones” a ciudadanos e incluso a algunos policías autonómicos.

Tras los encontronazos que se pudieron presenciar el mismo domingo a las puertas de los colegios electorales, y las denuncias presentadas contra los Mossos en diversos juzgados, la ofensiva contra la Policía catalana llegó ayer hasta el punto de que los sindicatos de la Policía española reclamaron del Gobierno que excluya a los Mossos del CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y Crimen Organizado), y asociaciones de la Guardia Civil que se le retire a Trapero las medallas que le otorgó la dirección del Instituto Armado.

En declaraciones a Europa Press, mandos de la Policía y la Guardia Civil calificaron de “vergonzosa” la actuación de los Mossos y aseguraron que los agentes de las fuerzas de seguridad del Estado sufrieron una “encerrona pactada” entre los mandos de la policía catalana y los responsables políticos de la Generalitat.

Los cinco sindicatos de la Policía española instaron ayer al Ejecutivo de Rajoy a replantearse la inclusión de los Mossos d’Esquadra en el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO). El portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Ramón Cossío, que hablaba también en representación de los otros cuatro sindicatos , recordó que la presencia de los Mossos en el CITCO se había pedido en julio. Sin embargo, afirmó que en ese órgano “se tratan cuestiones de seguridad nacional”, por lo que piden al Gobierno español que “se plantee la presencia de los Mossos” tras ver “que desobedecen un mandato judicial y del Ministerio del Interior”.

Para los sindicatos policiales, el dispositivo de seguridad organizado el pasado domingo para evitar la celebración del referéndum estaba sustentado en tres cuerpos, y “uno ni estaba ni se le esperaba en la mayor parte de los casos”, en referencia a los Mossos. Según el portavoz del SUP, si los Mossos hubieran cumplido con su cometido no se hubiera tenido que recurrir a la fuerza, “que no la violencia”, ya que recalcó que no se usó la violencia “sino la fuerza” y que únicamente hubo tres cargas policiales y en todas ellas porque los agentes estaban “rodeados”.

Por su parte, todas las asociaciones de guardias civiles anunciaron ayer que sus servicios jurídicos estudian denunciar la “vergonzosa” actuación de Josep Lluís Trapero, por “desobedecer” las órdenes judiciales para impedir el referéndum del 1-O. En un comunicado, estas asociaciones señalaron que están revisando las imágenes y otras pruebas documentales sobre “el claro acto de desobediencia” con el que actuaron los Mossos. Y van más allá al asegurar que “actuaron con vergonzosa pasividad, rayando el obstruccionismo”. Dirigen sus críticas tanto al mayor Trapero y “su equipo directivo” como a “todos los agentes que han aparecido en distintas imágenes dificultando el trabajo de la Policía y la Guardia Civil o actuando con clarísima falta de reconocimiento a las órdenes judiciales”.

A Trapero se refería también la Unión de Oficiales de la Guardia Civil, que pidió que se retire las dos medallas concedidas al mayor de los Mossos. “Creemos que ha quedado suficientemente acreditado que el mayor Trapero no es digno de ostentar dicha recompensa al haber puesto de manifiesto la deslealtad para con la Guardia Civil, Policía Nacional y hacia la Constitución que juró o prometió guardar y hacer guardar como norma fundamental del Estado”, señalaba en un comunicado.

Cumplir lo mandado Sin embargo, el Sindicato de Policía de Catalunya (SPC) aseguró ayer que algunos agentes de la Policía y la Guardia Civil cruzaron el 1-O una “línea roja” que será difícil de olvidar con sus “inaceptables agresiones” a ciudadanos e incluso a algunos policías autonómicos. En un comunicado, el SPC destaca que los Mossos d’Esquadra cerraron 227 centros de votación, sin causar ningún herido, mientras que los agentes de Policía y Guardia Civil, sin “contabilizar los heridos que se produjeron como consecuencia” de su actuación, lograron clausurar un total de 92. “Hemos visto imágenes de decenas de antidisturbios, con todo su equipamiento, que en algunos casos han tenido que retroceder y dar vuelta atrás ante grupos de numerosos ciudadanos que les impedían acceder al punto de votación para retirar urnas y papeletas”, añade la nota.

Por su parte, el Sindicato de Mossos d’Esquadra (SME) lamentaba ayer que en un dispositivo policial conjunto “la diferencia de órdenes fuera tan abismal entre cuerpos, con las durísimas imágenes de cargas policiales”. Denunciaba que los Mossos han recibido “insultos” por parte de otros cuerpos policiales, por lo que pedía “respeto”.