Barcelona - La actuación de los Mossos d’Esquadra volvió ayer a estar bajo la lupa de todos. La imagen que ofrecieron contrastaba frontalmente con la ofrecida por la Guardia Civil y la Policía española que ofreció su cara más violenta con numerosas cargas con porrazos y pelotas de goma contra los que intentaban votar o evitar que se llevaran las urnas de las mesas electorales. La Policía autonómica de Catalunya cumplió a rajatabla su máxima de actuar con proporcionalidad y tratando de evitar que el remedio fuera peor que la enfermedad ante unos colegios electorales repletos de gente dispuesta a votar desde horas antes de las nueve de la mañana y hasta las ocho de la noche en que cerraron las puertas los colegios.A lo largo del día no solo hubo numerosos enfrentamientos entre los votantes y agentes de la Guardia Civil y la Policía española, sino también entre guardias civiles y mossos. En varios puntos electorales hubo confrontaciones entre miembros de la policía autonómica de Catalunya y la Guardia Civil. En Castellgali llegó a encararse con un Guardia Civil cuando este trataba de desalojar a la fuerza a una votante. En otra localidad, un mosso increpó a un Guardia Civil, que le respondió con un empujón. Ante el suceso, la multitud salió en defensa del mosso.
La actuación de los Mossos ha provocado que hasta seis juzgados de Catalunya hayan abierto diligencias para investigar su comportamiento por no haber impedido la votación del referéndum de independencia, como ordenaba el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). Según informó este tribunal en un comunicado, las diligencias las han abierto, en unos casos de oficio y en otros a raíz de denuncias de particulares, juzgados de Barcelona, El Vendrell (Tarragona), La Seu d’Urgell (Lleida), Lleida, Cerdanyola del Vallès (Barcelona) y Santa Coloma de Gramenet (Barcelona).
Las horas previas a la apertura de colegios en Catalunya para llevar a cabo el referéndum convocado por la Generalitat se caracterizó por la actitud aparentemente pasiva de los Mossos d’Esquadra que, según se acusaba desde Madrid, habrían incumplido sus propias directrices para que los lugares designados para votar estuvieran cerrados a las seis de la mañana. El TSJC ordenó que los lugares designados para votar estuvieran cerrados a las seis de la mañana. Los Mossos empezaron a hacer acto de presencia aproximadamente media hora después de las seis de la mañana, la hora que el major de la policía catalana, Josep Lluís Trapero, fijó como límite para precintar los centros de votación y requisar urnas y papeletas, cumpliendo la orden del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya.
Los Mossos se enfrentaban a una complicada tesitura. Por un lado, la jueza del TSJC había ordenado impedir que el referéndum se celebrará y, por otro, los puntos de votación estaban atestadas de ciudadanos que querían votar y garantizar que la votación se llevara a cabo. Impedirlo por la fuerza llevaba necesariamente al choque y abocaba a escenas como las protagonizadas durante todo el día por la Guardia Civil y la Policía española.
Así las cosas, antes de abrirse los colegios electorales los Mossos se limitaron a levantar acta de la situación de cada centro electoral y tratar de garantizar la seguridad fuera y dentro de esas instalaciones. Una vez abiertos los colegios electorales a las nueve de la mañana, los mossos, en grupos de dos o de cuatro, se apostaron a la entrada del recinto y así se mantuvieron durante toda la jornada. Uno de estos mossos apostado en la entrada de un colegio electoral de un céntrico y poblado barrio barcelonés señaló a este diario que tenían la consigna de “no acompañar” a la Guardia Civil y la Policía española en el caso de que estos se presentaran en el lugar con la intención de desalojar a los votantes y organizadores y cargar contra ellos. En una conversación distendida con este diario a pie de colegio electoral, este policía catalán que responde al nombre de Álvaro afirmó sin vacilaciones que no cargarían y que, llegado el caso, intentarían “mediar” entre la Policía española y los votantes. “Hasta donde pudiera hacerlo”, precisó el mosso. Este talante de los Mossos fue muy bien recibido por buena parte de los organizadores y votantes del 1-O de este colegio electoral. Durante la media hora de conversación que mantuvo con este diario, hasta 24 personas de todas las edades y condición interrumpieron el diálogo entre mosso y periodista para felicitar al policía catalán y a su compañero de patrulla por el comportamiento de los Mossos. Mientras, en el Estado español se les señalaba como cómplices, cuando no culpables, de las cargas de la Guardia Civil y la Policía española.