bilbao - El lehendakari, Iñigo Urkullu, liderará la delegación del Gobierno Vasco que viajará próximamente a Quebec para tratar de cerrar acuerdos de colaboración institucionales, económicas y culturales en la federación canadiense. La delegación vasca partirá a finales de octubre y regresará a mediados de la primera semana de noviembre.
La intención del Gobierno Vasco es incorporar a Quebec a la red de regiones con alianzas estratégicas, club al que ya pertenecen Aquitania, Baviera y Flandes en Europa, Jiantsu en China, Querétaro en México y Cundinamarca en Colombia. Será la primera vez que un Ejecutivo vasco realiza un viaje oficial al departamento canadiense. Quebec es una de las diez provincias que, junto con los tres territorios, conforman las trece entidades federales de Canadá. Su capital es la homónima Quebec y su ciudad más poblada, Montreal.
La delegación buscará alianzas estratégicas en diferentes ámbitos, además de consolidar y profundizar las relaciones bilaterales y desarrollar proyectos conjuntos de cooperación en áreas de mutuo interés. Pero el viaje tendrá un fuerte componente económico, ya que tenderá puentes para fortalecer las relaciones empresariales entre ambos países. La consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras, Arantxa Tapia, tendrá también un papel relevante en la delegación ya que, además de acompañar a las empresas vascas con intereses en Quebec, promoverá acuerdos institucionales para impulsar las relaciones entre Euskadi y el departamento francófono de Canadá, cuya población supera los ocho millones de habitantes.
El viaje se producirá apenas cuatro semanas después del referéndum del 1 de octubre en Catalunya. Junto con Escocia, Quebec es uno de los modelos de convocatoria de un referéndum pactado invocado repetidas veces por el lehendakari Urkullu. En el departamento canadiense se han celebrado dos consultas sobre la independencia en cuestión de quince años. La primera tuvo lugar en 1980 y el no ganó con bastante margen sobre los independentistas, pero en el referéndum de 1995 los contrarios a la separación ganaron en las urnas por apenas 50.000 votos (50,5% de los sufragios) a los soberanistas quebequenses (49,5%) en una votación en la que participó más del 90% de la población censada. En respuesta al último referéndum, el Parlamento de Canadá aprobó en el año 2000 la conocida como Ley de Claridad que establece las condiciones en las cuales el Gobierno canadiense podría entrar en negociaciones con las federaciones para abrir un proceso de secesión tras un referéndum.
referéndum El contenido de la Ley de Claridad se basó en la cuestión planteada a la Corte Suprema de Canadá (el tribunal supremo del país) por parte del gobierno federal del primer ministro Jean Chrétien en 1998. El tribunal determinó que Quebec “no tiene el derecho a separarse unilateralmente por la legislación canadiense o internacional. Sin embargo, el Gobierno de Canadá tendría que entrar en negociaciones con el gobierno de Quebec si los quebequenses expresasen una clara voluntad de separarse”.
En mayo de 2015 el lehendakari Urkullu ya tuvo un primer contacto directo con las autoridades quebequenses. Fue en París, en la delegación central de Quebec en la capital francesa, donde se reunión con el entonces primer ministro Philippe Couillard.