barcelona - La Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural aseguraron haber repartido ayer en Barcelona “un millón de papeletas oficiales” del referéndum del 1 de octubre, en un pulso a la Fiscalía tras su denuncia por sedición, que menciona a los líderes de las entidades soberanistas. A una semana de la fecha prevista por el Govern para celebrar el referéndum sobre la independencia de Catalunya, la ANC y Òmnium convocaron ayer más de 300 actos en municipios catalanes con el título “Maratón por la democracia” en “respuesta masiva a los asaltos a las instituciones catalanas y los ataques a la libertad de expresión”, aseveraron.

El acto central tuvo lugar en la plaza Universitat de Barcelona, en donde el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, anunció a los congregados que al acabar el acto podían dirigirse a las puertas de la Universidad de Barcelona para recoger papeletas del 1-O. Las 100.000 papeletas que repartían estudiantes universitarios se agotaron en pocos minutos, mientras en otros puntos de Barcelona las entidades soberanistas distribuían otras 900.000 papeletas, según las entidades, con la pregunta oficial del referéndum: “¿Quiere que Catalunya sea un Estado independiente en forma de república?”.

Cuixart aseguró que “urnas, pancartas y carteles” se han convertido en “el arma más peligrosa” del independentismo, por lo que hizo un llamamiento a los catalanes a imprimirlos: “Por aquello que nos reprimían en los años 70 nos quieren reprimir en 2017. No tengáis miedo”.

El presidente de la ANC, Jordi Sánchez, explicó después que el Govern “seguro que garantizará” la presencia de papeletas en los colegios electorales previstos para el referéndum que quiere celebrar el 1 de octubre, pero de todas formas los ciudadanos ya las pueden “traer desde casa”.

Justamente Cuixart y Sánchez aparecen mencionados en la denuncia por sedición presentada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional ante los incidentes ocurridos durante la operación policial de esta semana contra el 1-O. Cuixart llamó ayer a los catalanes a la “movilización social permanente” y cargó contra el Estado por querer coordinar a los Mossos d’Esquadra a través de un coronel de la Guardia Civil: “No podrán hacerlo, de la misma manera que no podrán cuando quieran poner a Enric Millo de presidente de la Generalitat”.

Previamente tomó la palabra la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, según la cual ha comenzado la “operación tumulto”, en referencia a la denuncia de la Fiscalía por sedición, y dijo que el Gobierno actúa como en la “dictadura”.

En la plaza Universitat, las entidades soberanistas instalaron dos fotocopiadoras para poder producir carteles en favor del referéndum, que iban recogiendo los congregados para después empapelar muros y paredes del centro de la ciudad.

También se prepararon pancartas y carteles de cartón y se pintaron lonas con grafitis, principalmente con mensajes como “Democracia”, “Votaremos” y “Libertad de expresión”.

Unas 3.000 personas se concentraron en la plaza del Vi de Girona, donde intervinieron la consellera de Trabajo, Dolors Bassa, el diputado de la CUP Benet Salellas, el eurodiputado de ERC Josep Maria Terricabras y la alcaldesa de Girona, Marta Madrenas.

La pegada de carteles a favor del referéndum se convirtió en Badalona en una concentración a la que acudieron alrededor de 500 personas que llenaron la plaza de la Vila.

Acciones similares tuvieron lugar en otros puntos de Catalunya, como Lleida, Reus (Tarragona), Vic (Barcelona), Mataró (Barcelona) o Cerdanyola del Vallès (Barcelona), entre muchos otros municipios.

Por otra parte, el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont; la del Parlament, Carme Forcadell; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y otras autoridades que participaron en la comitiva de la fiesta mayor de La Mercè por el centro de la capital catalana fueron recibidos con gritos de “Votaremos” de los ciudadanos concentrados para ver la marcha. En la homilía de la eucaristía con motivo de La Mercè, el arzobispo de Barcelona, el cardenal Joan Josep Omella, pidió sentido común y “evitar la confrontación, la violencia y el menosprecio por los otros” en unos momentos que calificó de complejos. - Efe/E.P.