MADRID - Tras la intensa jornada que se vivió ayer en Catalunya, con el importante golpe asestado a la estructura organizativa del referéndum del 1-O, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, dio por amortizada la consulta. Así lo expresó en una declaración institucional pronunciada a las 21.00 horas en la que pidió a los responsables de la Generalitat que “cesen en sus actuaciones”. “Saben que este referéndum ya no se puede celebrar porque nunca fue legal y legítimo”, dijo. “Están a tiempo de evitar males mayores”, advirtió a los miembros del Govern.
“No tienen ninguna legitimidad, regresen a la ley y a la democracia”, insistió en su comparecencia en Moncloa. Añadió que no renunciará a ninguno de los instrumentos del Estado de derecho para “evitar que la sinrazón de unos pocos la sufran el conjunto de los ciudadanos”. Según Rajoy, esa consulta “no es más que una quimera imposible o la excusa que quieren usar para ahondar la fractura que han provocado en la sociedad catalana”. “No sigan adelante, regresen a la ley y la democracia y permitan que la gente pueda pasar página de estos días tan aciagos”, argumentó.
Por la mañana, si el Pleno del Congreso se preveía tenso por las preguntas que ERC y PNV tenían previsto trasladar a Rajoy a cuenta del referéndum independentista, la sesión alcanzó cotas de enfrentamiento pocas veces vistas en la Cámara a medida que llegaban noticias de Catalunya. Especialmente beligerante fue el diputado de ERC Gabriel Rufián, que pidió al presidente del Gobierno español que “saque sus sucias manos de las instituciones catalanas”. Sin perder la compostura, Rajoy respondió apelando al cumplimiento de la ley. “Cualquier demócrata, no sé si usted lo es ni voy a entrar en el análisis -precisó-, tiene la obligación de respetar lo que diga uno de los tres poderes del Estado”, dijo.
Entre las muestras de rechazo de la bancada del PP, Rufián defendió el 1-O y advirtió de que “por cada uno que detenga hay cientos que están dispuestos a respetar el mandato inequívocamente popular que tenemos detrás”. A continuación, y tras considerar que lo que existe en Catalunya es ya “una lucha por los derechos civiles”, anunció que los diputados de ERC iban a abandonar el pleno para ir a apoyar a sus “amigos”. Antes escucharon la respuesta de Rajoy, quien apeló al Estado de Derecho y explicó que la operación de la Guardia Civil se realizó por decisión judicial para garantizar que se cumple la ley.
Apoyo de PSOE y C’s El presidente español pidió al portavoz de ERC que cesen las amenazas “de sus socios de la CUP y de otros” contra alcaldes, concejales y personas que no piensan como ellos porque son “atentados contra los derechos individuales de las personas”. Defendió que “estamos actuando con proporcionalidad después de las cosas que hemos visto en las últimas fechas en Cataluña, porque lo que han hecho ustedes y otras fuerzas políticas es de extrema gravedad y profundamente antidemocrático”.
Tras su intervención, los diputados de ERC abandonaron el pleno, momento en el que se escucharon voces desde los escaños del PP instándoles a no volver. Los representantes de En Comú y el PDeCAT también dejaron el hemiciclo, y estos últimos incluso anunciaron que sopesarán su continuidad en el Congreso, decisión que adoptarán tras el 1 de octubre.
A lo largo de la mañana, Mariano Rajoy convocó por separado en La Moncloa a los líderes del PSOE y Ciudadanos, Pedro Sánchez y Albert Rivera, respectivamente, quienes le trasladaron su apoyo ante los pasos que está dando para impedir la consulta.