madrid - El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, cerró ayer cualquier puerta a negociar la celebración de un referéndum en Catalunya y avisó al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, de que no lo podrá celebrar de forma unilateral. Ante la Junta directiva del PP catalán reunida de forma extraordinaria en Barcelona exhibió un perfil más duro de lo que ha venido ofreciendo en las últimas semanas, lo que le ha costado algunas críticas internas. En ese tono duro que hasta ahora ha empleado la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, el presidente español lanzó una advertencia a su homólogo catalán: “Nos van a obligar a lo que no queremos llegar”. Una vez más Rajoy y el PP amagan con la posibilidad de aplicar una suspensión temporal de algunas competencias de la autonomía o incluso el artículo 155 de la Constitución.
Rajoy insistió en que no habrá referéndumy le advirtió a Puigdemont de que cuanto más tarde en rectificar más grave serán las consecuencias. Le emplazó a que “no subestimen la fuerza de la democracia española” y defendió las actuaciones realizadas hasta ahora por la Fiscalía y los cuerpos policiales contra la consulta, además de asegurar que, hasta el referéndum, el Estado va a seguir actuando porque, según dijo, es su obligación. “La democracia española es muy fuerte. España es una gran nación”, y aseguró que todas estas advertencias ya han sido comunicadas a la Generalitat.
Tras asegurar que su ánimo está sereno y en buena disposición, Rajoy lanzó un agradecimiento a la militancia del PP y también una advertencia: “Gracias por no arrugaros en los momentos difíciles. Nadie debe hacerlo en los próximos días”. El president español hizo un repaso cronológico de cómo Catalunya ha llegado a esta situación de “radicalización”, situando como inicio la decisión del expresident Artur Mas de avanzar los comicios en 2012 pensando que tendría mayoría absoluta para luego perder 12 escaños (pasó de 62 a 50).
El también presidente del PP agradeció a su propio partido, al PSOE y a Ciudadanos por la unidad que han demostrado contra el proceso soberanista “trabajando juntos en defensa de la nación española, la ley y los derechos de todos los ciudadanos”.
No quedaron ahí sus agradecimientos ya que, para júbilo de los delegados del PP presentes en la Junta, los extendió a la Guardia Civil por la operación en la que ayer mismo requisó más de 100.000 carteles publicitarios del referéndum del 1-O. El requiso tuvo lugar el primer día de campaña electoral y, según el Instituto Armado, entre la “importante cantidad” de material intervenido, que rondaría la tonelada y media de peso, figuran carteles publicitarios del referéndum en los que aparece el logo de la Generalitat de Catalunya, así como otros en los que expresamente se invita a votar ‘Sí’ el próximo 1 de octubre.
Según la Guardia Civil, los registros se dilataron durante varias horas dado que algunos de los efectos intervenidos se encontraban en palés ocultos a la vista y convenientemente disimulados para dificultar su localización. La investigación continúa abierta y no se descartan nuevos registros.
REGISTROS EN IMPRENTAS Miembros de la brigada de investigación de la Guardia Civil registraron también dos imprentas en Sant Feliu del Llobregat, Artyplan y en l’Hospitalet, Marc Martí, en busca de las papeletas o pruebas conforme se han impreso. En la empresa Artyplan de Sant Feliu, llevaban 24 horas de vigilancia con registros a empleados, hasta que hacia las dos de la tarde los guardias civiles entraron por orden del fiscal. Los trabajadores de la empresa señalaron que la orden se circunscribía solo a los almacenes o a parte de las instalaciones y en ningún caso a los despachos de gerencia. - DNA