El referéndum se hará, la Generalitat ya ha previsto todos los escenarios”. Con estas palabras, el portavoz del Govern, Jordi Turull, dio por hecho ayer en Bilbao que el 1-O tendrá lugar, haga lo que haga el Ejecutivo español. En un acto de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) con representantes vascos y catalanes, Turull y el diputado de Esquerra, Joan Tardà, coincidieron en que, una vez esté todo listo para votar, el principal reto para que la consulta sea un éxito es la participación ciudadana. Por su parte, el PNV y EH Bildu evidenciaron su desacuerdo respecto a si ha llegado el momento de emprender en Euskadi un proceso soberanista similar al catalán.

El acto de la ANC en el Kafe Antzokia de la capital vizcaína, reunió bajo el lema La aplicación del derecho de autodeterminación en Catalunya y visión desde Euskal Herria a seis representantes de diferentes partidos y organizaciones: Jordi Sánchez (ANC), Jordi Turull (PDeCAT), Joan Tardà (ERC), Joseba Egibar (PNV), Maddalen Iriarte (EH Bildu) y Zelai Nikolas (Gure Esku Dago). Los invitados catalanes se mostraron muy seguros sobre el triunfo de su apuesta por la independencia y reiteraron que la clave en estos momentos es que la votación sea masiva. En palabras de Tardà, “el trabajo ahora es que las urnas se llenen de votos, jugar limpio y que la democracia se exprese”.

En esa línea, el diputado de Esquerra cree que es vital que Ada Colau y los comunes se unan al llamamiento a la participación el 1-O. “Estoy convencido de que finalmente lo harán”, dijo. Por otra parte, celebró que el procés siga adelante a pesar de que nada apuntaba a ello: “Todo lo que estamos viviendo no estaba previsto, quien diga lo contrario miente”. A su juicio, este hecho demuestra que los catalanes son “un ejemplo de perseverancia” y una “anomalía” después de “tres siglos de políticas autoritarias” por parte del Estado español.

El presidente de la ANC, Jordi Sánchez, coincidió con Tardà en la importancia de la participación para que la consulta obtenga mayor reconocimiento. “La clave es la movilización de la gente”, defendió, y puso como ejemplo las manifestaciones en los últimos años con motivo de la Diada. Asimismo, argumentó que el referéndum es “una solución pacífica y democrática” a un problema grave. Jordi Turull, por su parte, hizo hincapié en que el 1-O será una victoria de la sociedad catalana: “Vamos a ganar y a desbordar democráticamente al Estado. El 9-N perdimos el miedo, les vamos a ganar por actitud”. El conseller no teme la respuesta de Madrid. “Si para el Estado español la solución final es el tanque, ya hemos ganado”, zanjó. Además, reprochó al PSOE haberse alineado con las tesis del PP en Catalunya. “Muchos socialistas si levantaran la cabeza estarían perplejos”.

euskadi, otra realidad En el plano vasco, fue imposible apreciar ningún atisbo de la unidad que mostraron los políticos catalanes. El PNV y EH Bildu no se ponen de acuerdo en la conveniencia de importar el modelo catalán ni en fijar plazos. Por un lado, la parlamentaria de la coalición abertzale, Maddalen Iriarte, expresó que mira “con admiración a Catalunya” porque “ha abierto una brecha en el régimen del 78 del Estado de las autonomías, que da paso a un paradigma de estados soberanos”. Así, cree que los catalanes son el ejemplo a seguir, ya que son “un pueblo desconectado” de España.

Sin embargo, Joseba Egibar se mostró más cauto y recordó que los vascos tienen “un historial de fracasos” en cuestiones soberanistas, entre los que mencionó Lizarra-Garazi y el plan Ibarretxe. Cree que “cada pueblo tiene sus particularidades” y que poner una fecha para decidir el futuro debe ser “la consecuencia” de un proceso. “No podemos ir a por un nuevo estatus sin un acuerdo de mínimos”.