MADRID - El proceso soberanista catalán tuvo ayer una presencia destacada en un pleno convocado en teoría para que Mariano Rajoy ofreciera las explicaciones sobre la corrupción en su partido que hurtó al tribunal de la Audiencia Nacional cuando declaró allí como testigo por Gürtel. El propio presidente español esgrimió la cuestión catalana, y también la amenaza del terrorismo yihadista, como cuestiones que requieren más su atención que un pleno sobre la corrupción del PP.
Los grupos parlamentarios catalanes recogieron en cierta forma ese guante y así, el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardà, defendió el referéndum independentista convocado el 1 de octubre como una forma de dejar atrás la corrupción reinante en España. “Adiós corrupción, bienvenida República”, aseveró como punto y final a una de sus intervenciones. El diputado republicano opinó que la corrupción en el Estado es “sistémica” desde la Transición y acusó al PP de tener “un concepto elástico, un tanto podrido y muy corrompido, del constitucionalismo”. Tras reprocharle a Rajoy que solvente este debate con total tranquilidad, “más chulo que un ocho y fumándose un puro”, le advirtió de que negarse a asumir responsabilidades por la corrupción le llevará a una situación peor.
El portavoz del Grupo Popular, Rafael Hernando, aprovechó para censurar que ERC “habla de corrupción por barrios”, pues se presenta en el Congreso para denunciar al PP mientras que en Catalunya comparte gobierno con “los del 3%”, en alusión a la antigua CDC y los casos de comisiones ilegales. Agregó que ERC ha apoyado una ley de desconexión que permite amnistiar a condenados por incumplir la ley, por lo que les instó a “abandonar esa locura en la que se han embarcado”.
El diputado del PDeCAT Carles Campuzano acusó a Rajoy de tener “poca capacidad de asumir responsabilidades” tanto desde que se inició la investigación judicial del caso Gürtel como en la falta de diálogo con la Generalitat. A este respecto, responsabilizó al PP y a sus firmas contra el Estatut de los acontecimientos políticos vividos en estos últimos años, y dijo que si Gürtel hubiese ocurrido en otro país europeo, los responsables políticos “darían un paso atrás”. - DNA