bilbao - Los Mossos d’Esquadra dan por desarticulada la célula de yihadistas que ha atentado en Catalunya. Ocho de sus miembros han muerto, y otros cuatro están detenidos. Aún no se ha dado carpetazo a la investigación en el territorio catalán, pero las pesquisas se centran más bien en estudiar las ramificaciones internacionales de esta célula, los viajes que realizaron los yihadistas al exterior, los contactos que pudieron tener en Marruecos y su vinculación con enlaces del Estado Islámico. La investigación a nivel interno quedó prácticamente cerrada el lunes con la muerte del último yihadista que quedaba en libertad, el conductor de la furgoneta de la Rambla, Younes Abouyaaqoub. Las circunstancias de su caída reforzaron la idea de que la célula no tenía un apoyo logístico relevante más allá de sus doce miembros. Sin embargo, quedan dos cabos sueltos que los Mossos quieren investigar por prudencia, aunque la hipótesis sigue siendo que la célula la formaban doce personas y que, si acaso, pudo tener un apoyo logístico de menor entidad y una colaboración por parte de algún afín. Ayer se produjo un registro en Vilafranca del Penedés, en una vivienda en el número 45 de la calle Ignasi Iglesias, para comprobar si alguien de esa vivienda le dio cobertura.

Abouyaaqoub fue localizado en Subirats en una situación muy precaria que no parecía propia de alguien que hubiera contado con cierta cobertura para su huida. Lo encontraron a tan solo 40 kilómetros de Sant Just Desvern, el lugar donde se le perdió la pista el jueves. A los Mossos les parece una distancia factible de recorrer a pie en cuatro días. Además, no portaba más que unos cuchillos y se encontraba agazapado entre viñedos. En esa fotografía solamente chirriaban dos datos: Abouyaaqoub ya no llevaba la camiseta de rayas con la que cometió el atentado, y además portaba un cinturón de explosivos falso. Los Mossos tratan de esclarecer de dónde pudo obtener la ropa nueva y ese dispositivo falso, y si pudo tener la ayuda de algún colaborador.

El dato de la ropa es el que menos preocupa a los agentes. Abouyaaqoub se deshizo de su camiseta de rayas y se puso otra camiseta de manga corta y una camisa de manga larga por encima. Podría haberlas tomado del colgador de algún balcón o de cualquier otro lugar sin necesidad de que mediara ningún aparato logístico para una gestión tan sencilla. El dato del cinturón es el que más incógnitas abre. Los Mossos están rastreando las imágenes de las cámaras de seguridad para comprobar en qué momento se hizo con él, si lo había escondido en algún lugar para echar mano de él en medio de la huida, o si se produjo la mediación de otra persona que se lo entregó, porque parece evidente que en medio de su escapada no pudo improvisar la fabricación de ese dispositivo ni los materiales necesarios para esa escenificación.

El conseller de Justicia, Carles Mundó, aseguró ayer que los Mossos están investigando si obtuvo algún tipo de asistencia. Aludió, en concreto, a su cambio de indumentaria y al cinturón de explosivos falso, dos señales que podrían indicar que “seguramente contaba con algún tipo de logística”. Según dijo, la de-sarticulación de la célula se refiere a la neutralización de los doce implicados sobre los que los Mossos tienen conocimiento, pero es “evidente” que podría haber “elementos de cooperación” que se deben seguir investigando.

El conseller recomendó “prudencia” ante todo tipo de informaciones que tengan relación con las conexiones del atentado y otros países para no “poner en riesgo las líneas de investigación”. Según dijo, hasta el momento todo lo que se ha difundido son “premisas”.