Madrid/Gasteiz - Tocaba ayer, en palabras del propio presidente del Gobierno, “hacer balance de la temporada”. Mariano Rajoy compareció ayer en La Moncloa para protagonizar la habitual rueda de prensa que sirve al jefe de Gobierno para valorar el curso político antes del parón veraniego y este año llegaba en una momento particularmente complejo. No solo por el choque de trenes cada vez más próximo que se dibuja con fecha 1 de octubre entre el Gobierno español y Catalunya -este asunto fue uno de los grandes protagonistas del discurso inicial del presidente, con motivo del anuncio del recurso ante el Tribunal Constitucional contra la reforma aprobada en el Parlament para la desconexión exprés-, sino porque apenas 48 horas el propio Rajoy protagonizó un hecho inédito al ser el primer presidente de Gobierno en ejercicio que declara -como testigo- en un juicio, el del caso Gürtel.
Y fiel a su estilo, Rajoy evitó con contumacia el asunto, sin mencionar la corrupción en su intevención inicial y obviando incluso pronunciar esa palabra cuando fue interpelado por el asunto por los periodistas. El presidente prefirió abrazarse a las palabras que se pudieron leer en algún momento en la pantalla que acompañó su comparecencia, “España 2017, mejorando expectativas”, y exhibir estabilidad política y económica de la legislatura gracias a los acuerdos políticos alcanzados por su Ejecutivo.
De este modo, consideró que, en la actual legislatura, España ha dado muestras de responsabilidad y compromiso con la estabilidad al haber logrado, por ejemplo, la aprobación de los Presupuestos de 2017. “Es la auténtica referencia de la estabilidad del Gobierno”, resaltó antes de recordar que el Ejecutivo ha superado “con absoluta tranquilidad” una moción de censura que cree que sólo sirvió para demostrar que no existe una mayoría alternativa a la actual.
Rajoy consideró que el Gobierno está cumpliendo su compromiso de diálogo y “sincera voluntad de entendimiento” y, en este sentido, agradeció la colaboración de partidos como Ciudadanos, el PNV, Coalición Canaria y Nueva Canarias, para afianzar la estabilidad junto a sus coaligados de UPN, Foro Asturias y Partido Aragonés. “Entre todos estamos demostrando que la política más útil es aquella capaz de buscar el interés común por encima de tacticismos rancios y de vuelo corto”, añadió: “La capacidad de pactar, de colaborar en beneficio de los ciudadanos, es el mejor ejemplo de liderazgo en un momento de fragmentación política como el actual, y pretender encastillarse en el bloqueo permanente, en los prejuicios sectarios o en la política de escaparte, no conduce más que a la exclusión”.
En contraste con la actitud de los partidos que apuestan por la estabilidad y ante la petición de comparecencia en el Pleno planteada por PSOE y Podemos tras su declaración como testigo en el juicio del caso Gürtel, les lanlzó un mensaje: “Todo lo exagerado acaba por ser irrelevante y la ansiedad es siempre mala consejera. En España hay suficientes problemas políticos que importan a los españoles como para estar transmitiendo la sensación de que no hay ninguna idea que aportar”. Y continuó que mantendrá su disposición a seguir colaborando con la Justicia: “Como hice el otro día -subrayó-, haré lo que se me pida”.
En el terreno económico, destacó el continuo crecimiento del PIB y la intensa recuperación del empleo y consideró que, gracias a las reformas, la economía española se ha vuelto más competitiva, flexible y resistente. No descartó que el crecimiento del PIB supere el 3% este año y destacó el dato conocido ayer de que España creció el 0,9% en el segundo trimestre respecto a los tres meses anteriores. “Con esa cifra ya podemos afirmar que hemos recuperado el nivel de riqueza que teníamos antes de la crisis”, resaltó.
Respecto al empleo, ratificó que el objetivo de que haya 20 millones de personas trabajando en 2020 se puede conseguir incluso antes. Para Rajoy, crecimiento, empleo y competitividad son los elementos que certifican la recuperación y subrayó que esa senda sólo se puede mantener si se reafirma el compromiso con la consolidación fiscal y con las reformas estructurales en la línea de lo hecho hasta ahora. - Efe/DNA