gasteiz - El Gobierno español ha pulsado finalmente la tecla para activar la negociación del traspaso de las competencias pendientes. Mariano Rajoy ha decidido dar un impulso político a los trámites, y ha encargado a su vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría que inicie cuanto antes las conversaciones con el consejero Josu Erkoreka. Tal y como reveló ayer el propio consejero, la ministra le llamó el martes por teléfono para emplazarle a un encuentro que tendrá lugar tras las vacaciones, probablemente en las últimas semanas de agosto. Esta llamada es la primera señal de calado que lanza Madrid en dirección a negociar los traspasos y es una consecuencia directa del encuentro que mantuvo la semana pasada el lehendakari con Rajoy. Este paso desbloquea las conversaciones tras las muestras de inquietud que habían hecho públicas PNV y PSE, preocupados por la falta de avances, el silencio de Rajoy y el reciente viaje exprés de la ministra a Gasteiz a los únicos efectos de visitar la planta de Mercedes-Benz. Tampoco tranquilizaron al Gobierno Vasco algunas declaraciones del PP de la comunidad autónoma que apostaban por olvidar esa reivindicación y pedían a los jeltzales que no subieran su precio en las negociaciones de los Presupuestos estatales del próximo año.

En ese contexto, el miércoles de la semana pasada se produjo una reunión entre Rajoy y Urkullu que ha resultado ser decisiva. En ese encuentro, Urkullu puso sobre la mesa el programa de gobierno y las transferencias prioritarias. El presidente español ha dado acuse de recibo brindando un impulso político a las conversaciones, que nacen con ese espaldarazo de máximo nivel. Para el Gobierno Vasco, ese empuje es un buen presagio y una muestra de voluntad política para sellar acuerdos de alcance. Rajoy es consciente de que esa negociación es clave para que el PNV pueda dar su apoyo a los Presupuestos. Desde el Gobierno Vasco interpretan este gesto como un primer guiño en el escarceo presupuestario, que puede actuar como palanca para superar el desencuentro histórico sobre el traspaso de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social y las prisiones.

Las fuentes consultadas por este periódico creen que son competencias poco complejas a nivel técnico, pero con mucho perfil político. Por ello, admiten que las negociaciones pueden llevar su tiempo, y apuntan un esquema similar al del reciente acuerdo de la Ley Quinquenal del Cupo: puede que no dé tiempo a cerrar completamente los traspasos antes de aprobar las Cuentas, pero sí pueden quedar encarrilados con un compromiso por escrito para que se ratifique más adelante.

En la brevísima conversación con la ministra, no dio tiempo a concretar si el Gobierno español está dispuesto a negociar los dos traspasos prioritarios para el Ejecutivo vasco. Sáenz de Santamaría en ningún momento previno al consejero de que sean una línea roja para Madrid, aunque la conversación fue meramente exploratoria y no era el momento de marcar posición. La incógnita que pende sobre esta negociación es hasta dónde llegará, y si podrá convocarse la Comisión Mixta de Transferencias para firmar un acuerdo.

El consejero y la ministra van a liderar las conversaciones en su primera fase. Serán ellos dos quienes despejen el terreno y quienes comprueben cuáles son las opciones de acuerdo. La primera reunión entre Erkoreka y Sáenz de Santamaría coincidirá con la actualización del llamado Informe Zubia, el listado de transferencias pendientes. El consejero llevará el nuevo documento a la reunión y, con esa base, los dos gobiernos explorarán los límites de cada uno en la negociación política. Más adelante entrarían en juego los equipos técnicos, aunque siempre con la supervisión de Erkoreka y Sáenz de Santamaría.

Este aval político deja buen pálpito al Gobierno Vasco pero, además, se da la circunstancia de que el consejero y la ministra tienen una vasta formación jurídica que les hace conocer también los aspectos más técnicos de los traspasos. Erkoreka estuvo en la cocina de la otra gran negociación de competencias con el Gobierno español, la que tuvo lugar bajo el mandato del socialista José Luis Rodríguez Zapatero; y la ministra forma parte del cuerpo de abogados del Estado. Estas circunstancias, sumadas a la buena relación personal entre ambos cargos, permiten albergar la expectativa de una negociación fluida.

“disposición” a hablar Tras haber cerrado ya la carpeta de la negociación económica con Madrid y haber firmado una nueva Ley Quinquenal que asegura la paz fiscal para toda la legislatura, el Gobierno Vasco quiere abordar ahora el capítulo más político, presidido por el cumplimiento íntegro del Estatuto de Gernika y el respeto al autogobierno vasco. Hasta ahora, el único gesto político había llegado con el traspaso mínimo de dos de las once líneas de ferrocarriles que pedía el Gobierno Vasco. Se produjo la semana pasada y, aunque fue un gesto de poco alcance porque venía exigido por una sentencia del Tribunal Constitucional, Lakua lo ve ahora bajo otra luz.

Erkoreka valoró ayer tras el Consejo de Gobierno que exista una “disposición”, aunque aclaró que se verá hasta dónde está dispuesto a llegar el PP cuando avancen las conversaciones. El consejero de Autogobierno y portavoz del Gobierno Vasco relató que habló con la ministra “de la necesidad de retomar las conversaciones relativas al autogobierno y, en concreto, las identificadas con las transferencias pendientes”. Recordó que la prioridad está en las transferencias de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social y prisiones.