iruñea - Han pasado 39 años desde que la Policía española acabó con la vida de Germán Rodríguez en las inmediaciones de la Plaza de Toros de Iruñea. Casi cuarenta años de memoria y de injusticia que cientos de personas quisieron recordar ayer junto a la estela ya oficial tras años de trabas institucionales. “No es posible avanzar hacia una sociedad más democrática con sucesos como los de Sanfermines 1978 sin esclarecer”, argumentaron en nombre de los convocantes Amaia Kowasch y Xabier Barber, que dieron lectura al manifiesto que puso fin al ya tradicional acto sanferminero, una vez más con destacada presencia institucional, incluida la del alcalde de la ciudad, Joseba Asiron.

Como cada 8 de julio, y al igual que harían por las tardes las peñas después de la corrida, una multitud se agolpó en la avenida Roncesvalles para recordar a Germán convocados por la plataforma Sanfermines 78 Gogoan! Los organizadores quisieron agradecer la presencia de familiares de la plataforma 3 de marzo de Vitoria, especialmente aclamada ayer después de que le Congreso condecorara recientemente a Rodolfo Martín Villa, ministro franquista responsable de la matanza de cinco trabajadores. El periodista Iker Tubia hizo las labores de presentador de un acto que tuvo además especial recuerdo para Joseba Barandiaran, que falleció en Donostia cuando protestaba por la muerte de Germán. Y que también hizo mención a los jóvenes de Altsasu encarcelados por la trifulca en un bar de la localidad con dos guardias civiles, y para los que las fiscalía pide más de 50 años de prisión.

claveles contra balas “Seguimos luchando por devolver la dignidad a una ciudad y a un pueblo brutalmente agredido y maltratado. Antes de ayer, ayer, y hoy día”, defendieron los convocantes antes de concluir el acto con la tradicional actuación de Jarauta 69, y después de que varios de los presentes colocaran claveles junto a la estela. Claveles que no olvidan a Germán, y que preparan ya los actos para el 40º aniversario de su muerte que se celebrarán el próximo año.

Al finalizar la faena del sexto toro del segundo festejo del 8 de julio de 1978, unas decenas de jóvenes de las peñas saltaron al ruedo con una pancarta reclamando la libertad de los presos. La reclamación levantó aplausos y silbidos. Escasos minutos más tarde, cerca de cuarenta miembros de la Policía Armada, los grises, irrumpieron en la arena para reprimir duramente a los jóvenes de las peñas.

Fue la mecha que hizo explotar la tensión contenida en una ciudad vigilada excepcionalmente por las fuerzas del orden. La policía disparó pelotas de gomas, botes de humo y, finalmente, fuego real. Hubo siete heridos de bala en la plaza. Los enfrentamientos se extendieron a las calles adyacentes al coso. Entrada la noche, Germán Rodríguez, un joven pamplonés, recibió un tiro en la frente proveniente, según unos, de una ráfaga de metralleta; según otros, de disparos espaciados.