Turtzioz - Se ha preservado el testimonio de Txomin Onaindia, un sacerdote de Markina que, ante la imposibilidad de tomar un barco en Santoña, terminó en Turtzioz. “Quiso ir a rezar a la iglesia de San Pedro y se la encontró ocupada por 600 presos que habían sido evacuados aquí”, relató Iñaki Goiogana. A un municipio al límite por el paso de miles de refugiados que escapaban del frente como el que describió el historiador llegó José Antonio Aguirre en junio de 1937. Un panel informativo de grandes dimensiones con fotografías de la época recuerda desde ayer el paso por Turtzioz del primer lehendakari que estableció la sede del ejecutivo en el palacio La Puente. Allí redactaría el manifiesto en el que dejaba patente su voluntad de continuar al frente del “gobierno legítimo de los vascos” antes de partir al exilio.
De noche, aprovechando que disminuía la visibilidad de los aviones que situaban en la diana a la población civil, una interminable caravana de desplazados avanzaba muy lentamente hacia esta localidad de Enkarterri limítrofe con Cantabria. “No sabían dónde irían ni si tendrían barco para poder huir”, contó el historiador Xabier Irujo, que coordinó el equipo de investigación sobre la Guerra Civil en territorio encartado en el documental que ETB-2 emitió el jueves. Unas 150.000 personas transitaron en aquellas fechas por las carreteras que conducían a Santander, “32.000 de ellas, niños”.
La comitiva de Aguirre “también fue ametrallada” en su viaje desde Bilbao, apuntaron. Durante su estancia en Turtzioz, el lehendakari “estuvo continuamente yendo y viniendo” para mantenerse al tanto del curso de la guerra. El 30 de junio, “ya que la mayoría de la población vasca que había huido ya se encontraba en Cantabria”, según Iñaki Goiogana, el jefe del gobierno decidió marchar a Santander.
Ayer, el lehendakari, Iñigo Urkullu, y el alcalde de Turtzioz, José Manuel Coterón, inauguraron el panel de homenaje, situado en la calle que lleva el nombre de Aguirre. Trabajadores de CEL Technologies, con centros de producción en Zalla, Güeñes y Artziniega, se concentraron muy cerca de allí para reclamar al Gobierno vasco implicación para evitar el cierre de la empresa y la pérdida de 300 empleos. - E.C.