madrid/gasteiz - Pedro Sánchez quiere sondear al PNV para reforzar su colaboración en el Congreso de los Diputados. El secretario general del PSOE cree que tiene margen para establecer algún tipo de dinámica conjunta con los jeltzales por la relación personal que cultivó con el partido en las conversaciones para su investidura fallida y, sobre todo, por los gobiernos de coalición que mantienen en la comunidad autónoma. Este planteamiento lo pondrá sobre la mesa en el encuentro que prevé mantener con el lehendakari Urkullu y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, el 20 de julio en Lehendakaritza. Esta cita se producirá en el contexto de la ronda de contactos del socialista. Quiere sondear a los partidos y comprobar si existen mimbres para articular una oposición a Mariano Rajoy que permita derogar sus leyes más controvertidas. Esa oposición orbitaría en torno al liderazgo de Sánchez, aunque no parece que vaya a desembocar en una moción de censura para desalojar al presidente español por el desmarque de Ciudadanos.

En la cita, que valida la estrategia de coalición en suelo vasco, estarán presentes el lehendakari y Ortuzar por la parte jeltzale, y Sánchez y la líder del PSE, Idoia Mendia, por la parte socialista. Urkullu abordará las cuestiones institucionales, y el PNV se encargará de fijar posición sobre la estrategia en el Congreso. Sánchez pulsará las opciones de construir una “relación estratégica”. En su nota, no mencionó la moción de censura y se expresó en términos más genéricos. En cualquier caso, las circunstancias han cambiado desde que ambos partidos intentaron llegar a un acuerdo el año pasado para convertir a Sánchez en presidente español, un pacto que tampoco cuajó porque los jeltzales no vieron colmadas sus demandas. El PNV no tendría ningún reparo para acordar iniciativas que permitan tumbar el legado más controvertido de Rajoy y, de hecho, el grupo jeltzale tiene la paternidad de algunas propuestas que se están debatiendo ya en el Congreso, como la reforma de la Ley mordaza. Sin embargo, los planteamientos sobre la moción de censura por ahora le parecen palabras mayores. El PNV cree que no hay analogía posible entre las negociaciones para la investidura fallida y la situación actual. En primer lugar, recalcan que la moción de censura no está ni de lejos tan avanzada como en su momento parecía estarlo la investidura de Sánchez. De momento, el secretario general del PSOE no tiene ningún apoyo amarrado. Ciudadanos le ha respondido que no participará en una maniobra de desalojo porque provocaría inestabilidad, y menos aún si es con Podemos como compañero de viaje. Podemos, por su parte, le invita a pactar con los independentistas catalanes de ERC, una opción que el PSOE rechaza porque conllevaría ceder en el derecho a decidir. La moción ha entrado en un callejón sin salida y desde el propio socialismo han rebajado las expectativas. En esas circunstancias, el PNV no le ve sentido a especular con un escenario que no tiene visos de producirse. “Nosotros con el PSOE solo sumaríamos 89 escaños de 350”, dicen.

En los tiempos de la investidura fallida, además, la relación del PNV con Rajoy se encontraba en horas muy bajas. La recentralización contra las leyes vascas se hallaba en pleno apogeo y la interlocución era prácticamente inexistente. Por ello, los jeltzales tenían una motivación extra para buscar una alternativa a Rajoy e intentar que Sánchez fuera presidente. Desde entonces, la situación ha cambiado. Rajoy ha asumido su minoría parlamentaria y ha resuelto conflictos enquistados como el del Cupo, las convocatorias de empleo de la Ertzain-tza o el tren de alta velocidad.

Los jeltzales llegaron a un acuerdo para aprobar los Presupuestos de este año y, en puridad, solo les ata para este ejercicio, pero a Rajoy sí le sigue comprometiendo para lo que queda de legislatura porque recoge compromisos plurianuales para impulsar infraestructuras. Este matiz es un contratiempo para Sánchez, que tendría que presentar al PNV una contraoferta ambiciosa para competir con las cifras ya aceptadas por Rajoy. El PP, además, está tomando posiciones para intentar amarrar el voto jeltzale para las Cuentas del próximo año. Ha sondeado a Ortuzar para negociar el techo de gasto, y ha lanzado mensajes que apuntan a que las transferencias de prisiones y la gestión del régimen económico de la Seguridad Social no son líneas rojas como lo eran hasta ahora.

acuerdos La reunión arrancará el 20 de julio a las 10.30 horas en Lehendakaritza, y en ella Sánchez analizará la salud del acuerdo PNV-PSE en suelo vasco y buscará extrapolar esa dinámica al Congreso y el Senado a través de la “construcción de una relación estratégica”. Según anunció el PSOE, el encuentro se produce en el marco de su ronda de contactos para “seguir construyendo espacios de diálogo, confianza y colaboración política en todos los niveles y ámbitos institucionales”. Sánchez intenta “proyectar su alternativa de Gobierno llevando a cabo una oposición de Estado y exponiendo un programa institucional, económico, cultural y social de izquierda de gobierno para el conjunto de España”. En el orden del día también estará la apuesta por el Estado plurinacional, una demanda que comparte el lehendakari, aunque en su caso pide dar cobertura institucional al derecho a decidir. No es la primera vez que dialogan sobre el modelo de Estado, puesto que ya lo hicieron en su encuentro de julio de 2015.

Con independencia de lo que suceda en el Congreso, el pacto PNV-PSE está blindado. Los socios de gobierno han asumido con naturalidad sus diferencias sobre los Presupuestos de Rajoy. Está descartado que Sánchez maniobre en Euskadi. Mendia y Sánchez se reconocen su autoridad, y el planteamiento del líder del PSOE de reforzar la relación con el PNV ahondaría en ese reconocimiento.