gasteiz - El Gobierno Vasco dio ayer a conocer, con motivo de la celebración del Día Internacional de las personas refugiadas, un convenio que está ultimando con el Ejecutivo español en virtud del cual se reforzarán los mecanismos ordinarios de acogida de personas que huyen de la guerra y la miseria, superados por la grave crisis humanitaria que se vive en el Mediterráneo desde 2015, y que al margen de dejar miles de ahogados en el Mediterráneo ha provocado que en Europa vuelvan a parecer, 80 años después, los campos de refugiados.
En lo concreto, la firma del convenio -aún pendiente de materializar a falta de limar los últimos flecos- supondrá la ampliación en 50, en una primera fase, de las 307 plazas para refugiados disponibles en Euskadi, pero al margen del aspecto cuantitativo, el acuerdo permitirá articular una respuesta construida de abajo hacia arriba, con la implicación de ayuntamientos y diputaciones. Además, la atención a los demandantes de protección internacional se abordará desde un punto de vista integral, de tal manera que se procure también la integración en la sociedad de estas personas, a las que se tratará de hacer que sean parte activa del proceso.
Todas estas líneas de actuación están basadas en la Propuesta Auzolana que el Gobierno Vasco expuso al español. Dicho documento parte de un Sistema de Refuerzo para la acogida de personas refugiadas y un plan de Visados Humanitarios que el Secretario General para la Paz y la Convivencia, Jonan Fernández, presentó en Donostia el pasado 2 de febrero, y recogidas posteriormente en la Declaración institucional del Lehendakari del 3 de abril.
Tras esta declaración, el Gobierno español mostró su voluntad de explorar la primera de estas iniciativas, el sistema de refuerzo, y Lakua elaboró la propuesta Auzolana para concretarla. Se trata en todo caso de una experiencia piloto, que se documentará para su posterior aplicación, y que responderá a las previsiones de acogida establecidas en el sistema gestionado por el Ministerio de Empleo y Seguridad y Social. La Unión Europea pidió a España que albergara a 18.000 demandantes de asilo. Medio millar han ocupado las 307 plazas de Euskadi, pero de éstas sólo 46 personas procedían de reubicaciones o reasentamientos del Mediterráneo.
Queda pendiente por otro lado la aplicación de la segunda de las propuestas planteadas por Fernández en febrero, la de los visados humanitarios, que el lehendakari conoció de primera mano cuando visitó la comunidad de San Egidio en Roma. La experiencia se aplica en Italia desde 2016 y se ha extendido a Francia, y se basa en la concesión de estos visados para evitar, creando corredores humanitarios legales y seguros, que personas vulnerables que huyen de la guerra mueran ahogados en el Mediterráneo, como ya les ha ocurrido a miles de personas.