donostia - Se cumplen tres años desde que echó a andar Sare. ¿Cuál es la situación?

-La red es más amplia, hay más gente, personas que provienen de otros ámbitos ideológicos y hay mayor pluralidad. En muchos más pueblos se ha hecho red. El problema, más que en si la red es fuerte, está en que los objetivos que queremos lograr siguen complicados.

¿Qué ha cambiado en estos tres años?

-Se han seguido dando pasos por una de las partes de este conflicto, el último, el 8 de abril, con el desarme, lo cual es una actitud que hay que celebrar porque puede ayudar a aglutinar más apoyos en aras de conseguir terminar con la dispersión y liberar a los presos enfermos; pero por el otro lado si ha cambiado, es a peor. Vemos inflexibilidad absoluta y aplicación con carácter absolutamente revanchista y vengativo de la Ley General Penitenciaria.

También han tenido obstáculos como la confiscación de la recaudación de la marcha de 2015. ¿Cuál es la situación del caso?

-La Audiencia Nacional se pronunció hace un par de meses en contra de devolver el dinero que se nos requisó. Entra en un sumario mucho más amplio, la detención de los abogados que se produce por aquellas fechas, y es posible que podamos presentarnos como asociación perjudicada, pero creo que la decisión está tomada. Hay un intento de asfixiarnos económicamente, esta es la actitud de un Gobierno y una política de confrontación constante, pero también de una Justicia que hace seguidismo constante de la política del Gobierno. Estamos ante verdaderos casos de prevaricación.

No ven margen de recuperarlo.

-Desgraciadamente no. Son 104.000 euros los que se nos requisaron, lo cual nos genera muchos problemas, porque siguen cosas de aquella manifestación sin pagar; pero bueno, seguimos adelante, no van a conseguir terminar con nosotros.

¿Cuál es la situación del colectivo de presos?

-Son cerca de 340 presos y presas en 74 prisiones de España, Francia y Portugal, pero la dispersión y el alejamiento siguen igual que hace tres o 20 años. Hay personas que en un año recorren 63.000 kilómetros, vuelta y media al mundo, para visitar durante 40 minutos a su familiar, cuando Zaballa está prácticamente vacía. La actitud vengativa ya no es con el preso, sino contra el colectivo familiar, que nunca ha sido ni juzgado ni condenado pero sufre esa política de revancha. Si unimos que cada vez la lista de gravemente enfermos se incrementa, con algunas situaciones límites, o la lista de presos que hace tres años deberían estar en libertad...

¿Cuántos son?

-Son nueve los que, habiendo cumplido condena en Francia, deberían estar en libertad. Al ser extraditados a España, se les ha puesto el contador a cero, sin computar el tiempo de Francia. Es una ilegalidad absoluta. Cada vez son más. Han recurrido a la Justicia europea, pero es lenta, como ya ocurrió con la denominada doctrina Parot, que se le dio el varapalo a España pero a los cuatro o cinco años.

Ustedes se han centrado estos meses en los presos enfermos.

-Son 13, pero hay otros nueve que no quieren que se conozca su situación porque ni su núcleo más cercano sabe cuál es la situación clínica verdadera. 22 presos están en situación irreversible, que durarán más o menos, pero con enfermedades incurables y a los que no se les aplica la ley. Pueden pasar los últimos meses o años en arresto domiciliario, pero no se les permite lo que se les aplicó al general Galindo o a Rafael Vera.

Las declaraciones del ministro Zoido fueron, si cabe, más restrictivas.

-Aparte de ser restrictivas, fueron inhumanas cuando dijo que se soltaría al preso cuando tuviera la certeza de que moriría ya. No creo que haya nada más inhumano que ese tipo de actitudes. Ni el ministro del Interior ni Instituciones Penitenciarias son quiénes para interpretar el Código Penal. Serán los jueces y fundamentalmente apelamos al ámbito judicial. Está en sus manos.

¿Cree que, tras el 8 de abril, el nuevo escenario político en Madrid propiciará cambios?

-Es nuestra esperanza. Hace unos días estuvimos en Madrid y tuvimos reuniones con grupos parlamentarios salvo el PP y Ciudadanos. Les transmitimos la necesidad de que, si están de acuerdo en que el alejamiento y tener los presos gravemente enfermos en prisión es inhumano, las nuevas mayorías deben servir para terminar con las injusticias. No vale decir que el PP ha perdido la mayoría absoluta. Hay que decir que esa mayoría se va a utilizar para hacer frente a estas injusticias.

¿Ve opciones de que PSOE y Podemos se alineen a favor?

-Rotundamente sí. Podemos ha sido muy claro en sus posicionamientos públicos y el PSOE ha dado un giro muy importante en sus actitudes. Nada tiene que ver lo que pensaban el PSE y el PSOE hace un año con lo de ahora. Se puede avanzar y es el trabajo que estamos haciendo en los parlamentos vasco, navarro o las Juntas Generales. Trasladamos estas cosas para que no se olviden. El final de este problema se logrará cuando se solucionen las consecuencias de décadas de violencia que se han ejercido en este país. Las víctimas por supuesto que hay que arropar y no utilizarlas políticamente, y existen un número de presos cuyos derechos están siendo vulnerados.

¿Cuán importante es transferirla gestión de las prisiones?

-Primero es cumplir la legalidad, que es el Estatuto de la CAPV. Ahora bien, no nos engañemos. Exclusivamente la competencia de prisiones no es suficiente para hacer frente al problema al que nos referimos. Mientras los juzgados de Vigilancia, que son los que toman estas decisiones, dependan de la Audiencia Nacional y no del TSJPV, estaremos igual. La competencia está muy bien, pero para afrontar este problema los juzgados de Vigilancia deben depender de la judicatura vasca.

¿Cómo valora el cruce de cartas entre los presos y los presidentes autonómicos de la CAV y Navarra?

-Me parece muy bien la actitud de los presos de recordar a las autoridades su situación y de que no miren a otro lado cuando se vulneran derechos. Me parece muy bien recordar cuando el propio Colectivo está en un debate interno cuyas conclusiones estoy seguro permitirán dar más pasos adelante. Esas declaraciones de los presos a los partidos y a las instituciones me parecen muy oportunas, porque esto al final es un trabajo de todos.