madrid - A pesar de que el concepto de plurinacionalidad será uno de los temas estrella del Congreso Federal del PSOE de este fin de semana, la nueva Ejecutiva socialista confeccionada al gusto del secretario general, Pedro Sánchez, instala sus primeras líneas rojas. En concreto, pone barreras a que los partidos independentistas se sumen a una nueva intentona de moción de censura al Gobierno de Rajoy. El portavoz del partido, Óscar Puente, aseguró ayer que explorarán las posibilidades de una alianza con Unidos Podemos “si los números dieran” la oportunidad para formar “un gobierno de mayoría” junto al la formación morada. Así lo han hecho en varias ciudades y comunidades autónomas. Pero habrá un muro infranqueable: el PSOE “no sustentará” ningún proyecto político que conlleve el apoyo de los independentistas.

Puente, una de las puntas de lanza del remozado proyecto socialista que abandera Sánchez, hizo una férrea defensa de la hoja de ruta territorial común para España de un PSOE que, por el contrario, podría traspasar los límites autoimpuestos en la Declaración de Granada -suscrita en julio de 2013- y abrazar un nuevo concepto de plurinacionalidad a partir de mañana cuando se cierre el 39 Congreso Federal. Avanzar hacia un Estado federal parece el camino que la dirección de Ferraz prefiere tomar, aunque los 1.035 delegados tendrán la última palabra. En todo caso, el aparato socialista ha comenzado a instar a Podemos a que presione al “entorno” nacionalista catalán para que aparque el referéndum independentista y ambas formaciones puedan centrarse en los problemas “más importantes”. Las dos principales necesidades pasarían por zanjar el “problema de ética democrática del gobierno” y dar respuesta a la “emergencia social y económica” que sufre el Estado. Ambas se solventarían con una moción de censura que el PSOE prefiere cocinar a fuego lento, pero necesitarían del apoyo de formaciones como ERC o PDeCAT para que sea aprobada, más si cabe ante el más que previsible desmarque de Ciudadanos.

PSOE y Podemos están situados en un clima de mayor entendimiento tras la fallida moción de censura, si bien los socialistas enfriaron las posibilidades de erigirse en alternativa de gobierno al PP “en el corto plazo”. Fue José Luis Ábalos, portavoz interino en el Congreso y futuro secretario de Organización, quien verbalizó una postura que aboga por dejar pasar el tiempo y no ceñirse a las prisas que muestran Iglesias y los suyos por presentar una moción de censura antes de que termine el año. “No es el instrumento más adecuado cuando no se trabaja convenientemente”, afirmó. “Esta semana acabamos de tener una y hacía 30 años que no teníamos una. A ver si vamos a pasar de 30 en 30 años a de tres en tres meses”, sostuvo. Sobre la posibilidad de un acuerdo entre socialistas, Podemos y Ciudadanos para hacer frente al PP, Ábalos reiteró que, ante la aritmética parlamentaria actual, podría resultar “posible” lo que “aparentemente es imposible”. Sin embargo, invitó a las fuerzas de cambio a olvidarse de mostrar las diferencias para coincidir en las certezas. “Si nos empeñamos en diferenciarnos vamos a ser estériles”, concluyó.

Iglesias insiste en ERC Quién parece no querer tirar la toalla para construir una “alternativa progresista” a Rajoy es Unidos Podemos. Su líder, Pablo Iglesias, emplazó al PSOE a mantenerse fiel a lo que sus bases propugnan para descartar la idea de contar con Ciudadanos, que interpreta el papel de “muleta” de los populares en el Congreso, y buscar nuevos socios, caso de ERC. Iglesias animó a acompañar el giro en materia territorial de Sánchez con tender puentes al entendimiento con los republicanos catalanes, que votaron a favor de su moción de censura pero ligándola a que el Estado ofrezca cobertura al referéndum del 1 de octubre. “Busquemos acuerdos entre progresistas, tendamos la mano, que a lo mejor en Cataluña se puede construir una mayoría progresista”, aseveró.