BILBAO - Al igual que el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, el lehendakari Iñigo Urkullu y la presidenta de Navarra, Uxue Barkos, también han recibido en las últimas semanas una remesa de cartas de los presos de ETA en las que estos les piden que, en lo que esté en su mano, hagan lo que puedan para “acabar con la situación de sufrimiento” derivada de la política de alejamiento y del estado de los reclusos de la banda con enfermedades graves. Fuentes de Lehendakaritza y de la presidencia navarra confirmaron ayer a este diario la recepción de las misivas. Alrededor de 60 han llegado a Ajuria Enea y unas 80 a la presidenta de la Comunidad foral.
Es previsible que en los próximos días reciban más cartas teniendo en cuenta que en la actualidad hay unos 340 presos de la banda repartidos en las cárceles españolas y francesas -otros tres reclusos purgan por sus delitos en Brasil, Portugal y Suiza-. Al menos así lo anunció el colectivo oficial de presos (EPPK) cuando dio a conocer esta iniciativa epistolar que se enmarca en el debate interno entre los presos sobre la aceptación de las vías legales y las medidas individualizadas.
Al contrario que Ortuzar, el lehendakari Urkullu y la presidenta Barkos no han dado a conocer si tienen intención de responder a los presos y, si así fuera, en qué términos lo harían. De momento, ambos meditan sobre la conveniencia de dar una respuesta y, en su caso, los términos y la escenificación de la misma. En todo caso, es público el compromiso de Urkullu para que se proceda al acercamiento de los presos de la banda a cárceles que no superen los 250 kilómetros de distancia de Euskadi. Además, en las reuniones que el lehendakari ha mantenido con Mariano Rajoy siempre le ha comunicado, entre otras cuestiones, la necesidad de flexibilizar la política penitenciaria.
El presidente del PNV ha dado a conocer estos días tanto la recepción de las misivas como su respuesta, uno a uno, a todos los presos que se han puesto en contacto con él vía correspondencia. Ortuzar ha recibido (hasta el pasado viernes) 90 escritos; 56 enviadas desde cárceles españolas y 34 desde Francia.
El burukide jeltzale responde a todos de la misma manera y les asegura que su partido está comprometido “con la necesidad de acabar con el alejamiento y también con la resolución más humanitaria posible de la situación de los reclusos/as enfermos”. También subraya las iniciativas impulsadas por el Gobierno Vasco en relación a la política penitenciaria y, en este sentido, recuerda que el programa Zuzen Bidean propone al Ejecutivo español un plan de reubicación de los presos vascos para acercarlos a las prisiones de Zaballa y Pamplona o, en su caso, a cárceles de provincias limítrofes con Euskadi.
LA DISPERSIÓN Y EL PNV Este intercambio epistolar entre los reclusos de ETA y los tres dirigentes institucionales y políticos se produce en pleno debate en las cárceles sobre el futuro de los presos de la banda. Las conclusiones y los resultados de la reflexión interna serán anunciados seguramente en julio, aunque ya se puede avanzar que una amplia mayoría de los miembros del EPPK apuesta por la denominada vía Rufi -en referencia a la posición que ha defendido en este proceso el histórico militante de la izquierda abertzale Rufi Etxeberria-.
De este modo, los reclusos aceptan la legalidad penitenciaria vigente de la que hasta ahora renegaban y se someten a ella de manera individualizada. Esto liberará a los presos de la presión que históricamente ha ejercido sobre ellos ETA, el propio colectivo del EPPK y la izquierda abertzale política para que renunciara a la reinserción, a las redenciones, a los permisos y a los beneficios penitenciarios. Con la aceptación de la legalidad penitenciaria, podrán progresar de grado y acceder a beneficios previstos para facilitar la rehabilitación del interno y su inserción social.
En las misivas de los presos cuentan los kilómetros que recorren sus familias para verles y el coste que ello supone. Además, señalan que la “política de deportación y dispersión que dura casi tres décadas, fue puesta en marcha por el Gobierno del PSOE de entonces, con el apoyo total y la asesoría precisa del PNV”. Ortuzar negó rotundamente este extremo en su respuesta a los presos.
Sortu replicó ayer al presidente del PNV y le recordó que la formación jeltzale “desde un principio promovió y amparó la política de dispersión que tanto sufrimiento ha traído”, por lo que le pidió que “es hora de que arregle el entuerto originado”.