BARCELONA - La alcaldesa Ada Colau tampoco pronunció ayer las palabras que está deseando escuchar el Govern catalán. La regidora de Barcelona y líder de la coalición Catalunya en Comú evitó ofrecer un respaldo expreso al referéndum de independencia, y se limitó a reaccionar al anuncio del president con un escueto tuit en el que prometió seguir trabajando para hacer posible una consulta con garantías. Colau defiende el derecho a decidir, y no le preocupa tanto que el referéndum tenga el aval del Estado o no, pero quiere que esté garantizada la seguridad jurídica de los funcionarios para mantenerlos a salvo de cualquier represalia penal de Madrid, y que haya un aval internacional para que el resultado de la consulta se pueda aplicar. La posición de Colau es clave porque es la alcaldesa de Barcelona, la capital de Catalunya. Si no colaborase durante la jornada electoral, podría ser devastador para el referéndum a la hora de dar validez a sus resultados, aunque nada apunta a que vaya a obstaculizar su celebración. De momento no da su apoyo expreso a la consulta en sus actuales términos, pero tampoco la criminaliza.
Colau, el rostro de la coalición que también lidera Xavier Domènech, mantuvo un perfil bajo durante la jornada de ayer y evitó valorar la fecha y la pregunta anunciadas por el president. “Siempre hemos defendido un referéndum con garantías como solución real y democrática para Catalunya. Seguiremos trabajando para hacerlo posible”, sentenció en Twitter. Domènech se pronunció en términos muy parecidos y pidió “garantías”. “Hace falta toda nuestra inteligencia y fuerzas en la construcción de las soberanías en Catalunya”, dijo.
El Govern desearía contar con el apoyo de Colau, y también con el de Podemos, para ensanchar la base social del referéndum más allá de los partidos nacionalistas catalanes. Pero la izquierda tiene un discurso prácticamente idéntico y coincide en pedir al Govern que afine en las garantías del referéndum, fundamentalmente buscando un aval internacional. Sin embargo, la filial catalana del partido morado, Podem, pronunció ayer un discurso que estuvo muy cerca de ser un aval a Puigdemont al asegurar que “no dará la espalda a la voluntad mayoritaria de votar”. De esa forma, evita retratarse en la misma fotografía con el PP, Ciudadanos y PSC. El secretario general de Podem, Albano Dante Fachin, puntualizó que su partido aún debe fijar postura oficialmente, pero avanzó que no dará la espalda a la voluntad ciudadana. En cualquier caso, defendió otra vez que el referéndum sea “vinculante, con plenas garantías y que tenga reconocimiento internacional”. “Ahora mismo, con la poca información facilitada, el Govern no los puede garantizar. Nos enfrentamos a un escenario realmente complejo”, añadió. Aun así, fue tajante al asegurar que “Podem nunca estará en contra de un proceso democrático que pase por poner las urnas en Catalunya”.
“Si hay represión por parte del Estado, ya decimos claramente y de forma contundente que defenderemos que la realidad social de Catalunya es la que es, le guste o no al PP, y que el pueblo catalán pueda decidir su futuro, independientemente de si somos independentistas o no”, dijo. Dante Fachin confesó que sigue sin gustarle el referéndum unilateral, pero al mismo tiempo dijo que “hay una mayoría amplísima que quiere decidir su futuro, y Podem no mirará hacia el otro lado”. Con esas palabras, en principio Puigdemont sumaría un aliado para la consulta, aunque con matices.
A nivel estatal, la reacción de Podemos corrió a cargo de Iñigo Errejón. Tras unas jornadas de frialdad en el partido morado ante el planteamiento del Govern, Errejón aseguró ayer que el referéndum es “legítimo”, aunque mantuvo que desconfía de su validez y cree que no será efectivo. Su posición no es tan contundente como la de Podem, y no está claro si daría validez a los resultados de la consulta y si apoyaría la independencia en caso de que esa opción ganara. Según dijo Errejón, lo que trata de proyectar Podemos es que su posición no es un “rechazo explícito” al referéndum, aunque sospecha que no va a tener ningún efecto. “¿Es legítimo? Sí. ¿Condenable? No. Pero efectivo, tampoco”, zanjó.
El más crítico ayer fue el portavoz de SíQueEsPot en el Parlament, Joan Coscubiela, quien pidió al Govern que deje de “marear la perdiz” con la fecha y la pregunta, y que presente la ley con la que piensa amparar esta consulta. Según dijo, el anuncio de ayer es “humo, humo, humo”. “Hemos asistido a una escenificación política sin ningún contenido efectivo. Hoy la noticia no es que se anuncie la fecha y la pregunta del referéndum, sino que todo continúa en la más absoluta oscuridad”, dijo. Coscubiela pidió aclarar qué marco legal lo amparará, cuál será la administración electoral independiente, el censo electoral, si habrá una campaña con igualdad de oportunidades, si habrá puntos de votación en todos los municipios y si los funcionarios tendrán garantizados sus derechos. “En definitiva, solo nos falta saberlo todo, y hoy no hemos sabido nada”, zanjó.
el psc no colabora Desde el PSC, el rechazo fue absoluto. Su líder, Miquel Iceta, avisó de que ningún cargo electo socialista apoyará un referéndum unilateral. “Situar a las instituciones catalanas fuera de la ley es una irresponsabilidad gravísima. En nombre del PSC, no participaremos en un referéndum de estas características. Ningún cargo electo dará apoyo a un referéndum de estas características. Ningún funcionario puede ser obligado a contribuir a un referéndum de esta naturaleza. Y los que de verdad defiendan un referéndum acordado, no deberían participar ni colaborar”, sentenció. Los socialistas gobiernan en decenas de alcaldías catalanas, muchas de las cuales son núcleos de población relevantes como Lleida, Tarragona, Santa Coloma de Gramenet o Terrassa. Las palabras de Iceta también se interpretaron como una forma de presionar a Colau para que haga lo mismo.
El líder del PP catalán, Xavier Garcia Albiol, pidió a Puigdemont que “ponga las urnas” pero no para un referéndum, sino para convocar unas elecciones autonómicas de forma urgente. Desde Ciudadanos, su líder Inés Arrimadas opinó que el president ha entrado en la “máquina del tiempo de 2014” con otra consulta “ilegal” que “no se hará”, por lo que “hoy estamos más cerca que ayer” de unas autonómicas.
CUP. El Govern ha mantenido una relación difícil con la CUP, pero ayer hubo sintonía plena con el anuncio del referéndum. “Estamos donde teníamos que estar: un referéndum unilateral”, resumió la parlamentaria Gabriela Serra, que aplaudió la alusión a la república.