Bilbao - El presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, puso ayer en valor el ejemplo de “bilateralidad en estado puro” ejercido en el acuerdo sobre el Cupo y alcanzado con el Gobierno de Madrid durante las negociaciones presupuestarias de Rajoy, “un acuerdo bueno en lo material e impecable en lo político”. En el transcurso del Arratiako Eguna en Area-tza, una jornada festiva con los afiliados y simpatizantes de la comarca vizcaina, Ortuzar contrapuso esa habilidad pactista de los jeltzales a la reacción de la izquierda abertzale, que hace “seguidismo” a Podemos. “Es evidente: la izquierda abertzale es cada vez más izquierda y menos abertzale. Están sufriendo un proceso de podemización galopante”, se refirió, sobre una Sortu que está “más atenta a los juegos de bloques de izquierdas en España que en defender los intereses vascos”.

“Impecable en lo político. Impecable desde un punto de vista abertzale. ¿Por qué?”, se cuestionó el burukide. “Porque este acuerdo viene a reforzar la soberanía y la territorialidad. ¿Qué es si no el acuerdo del Cupo? Soberanía. Soberanía fiscal y bilateralidad”, concluyó. El pacto alcanzado con el PP en Madrid, arriesgado por los efectos nocivos que pudiera acarrear sacarse la foto con un partido asfixiado por los casos de corrupción, cumplió con el guión de la agenda vasca que manejan desde Sabin Etxea, según Ortuzar. “Los 1.400 millones de Cupos atrasados, el nuevo acuerdo para otros cinco años de paz fiscal, los casi 4.000 millones en inversiones ferroviarias, la rebaja de las tarifas eléctricas para la industria, las subvenciones a decenas de entidades vascas?”, enumeró. “Hay quien ha dicho que nos hemos vendido por un plato de lentejas. Tendrán que reconocer que viene acompañado por una gran fuente de sacramentos”, puntualizó, que se traducirán en remedios para la mejora del empleo o la competitividad de las empresas.

La resaca política generada por el acuerdo sobre el Cupo y las inversiones amarradas tras permitir que los Presupuestos Generales del Estado siguieran su curso en la votación de las enmiendas a la totalidad, por el contrario, generó una cascada de críticas. Ortuzar restó importancia a las mismas, ya fueran las que llegaron desde Euskadi como las que provinieron allende de sus fronteras. “Como no pueden meterse con el contenido, nos critican por haberlo firmado con el PP y Rajoy”, reseñó ante los simpatizantes arratiarras del partido. “Podemos, la izquierda abertzale o la Brunete mediática española”, apuntó, que se abrían subido al carro de las críticas sobre un pacto que, por el contrario, “la mayoría de la población ha aceptado y aplaudido” cuando se corría un serio riesgo de que no fuera entendido. La ciudadanía “se ha alegrado de que lo hayamos hecho; que la gente quiere que vayamos a Madrid no a esa pelea de gallos en la que se está convirtiendo el Congreso sino a defender los intereses vascos”, tal y como valoró.

encuestas Con el ecuador de la legislatura en el plano municipal y las diputaciones cumplido, Ortuzar tiró de las recientes encuestas para asegurar que “la campaña, sucia campaña, de la izquierda abertzale con sus basuras, pintadas y escraches” no había cundido. “La ciudadanía sigue confiando en nosotros”, afirmó acerca de unos estudios demoscópicos que vienen a reforzar la posición de cabecera de los jeltzales. “Valora muy bien la acción del partido, la acción de nuestras instituciones. Y nos pide que sigamos por el mismo camino”, vaticinó sobre el camino a adoptar por el PNV en el futuro, que no es otro que mantener indeleble “su compromiso con esta nación” frente a “otros dicen no a todo”.

Por su parte, la presidenta del BBB del PNV, Itxaso Atutxa, señaló que los “122 años y estos 40 que llevamos en las instituciones” demuestran que “mientras unos dan un paso adelante y dos para atrás, nosotros hemos sido participativos, proactivos y decisivos”. E hizo mención especial a los militantes jeltzales de Arratia, agradeciendo expresamente su trabajo a Mari Cruz de Gurutzeta, primera feminista de Areatza y fundadora de la Emakume Abertzale Batza de la localidad en 1932; José Ignacio Lekue Txistu, el que fuera alcalde de Ubide, y Juan Mari Atutxa.