Madrid - Dos semanas después de su contundente victoria en las primarias, Pedro Sánchez ha cerrado una primera ronda de contactos con los barones territoriales del PSOE. Tras meses de guerra interna e incomunicación, ha vuelto a conversar estos últimos días con los presidentes de Andalucía, Susana Díaz; Extremadura, Guillermo Fernández-Vara; Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page; Comunidad Valenciana, Ximo Puig; y Aragón, Javier Lambán, que le han garantizado que apoyarán la Ejecutiva que proponga. Sánchez cerró ayer la ronda de contactos con Díaz, así como con la secretaria general del PSE, Idoia Mendia; el líder del PSOE de Castilla y León, Luis Tudanca, y con el de Ceuta, Manuel Hernández.
La idea del Estado plurinacional que Sánchez quiere sacar adelante en el congreso de junio de la mano del PSC es en este momento el principal escollo con muchos dirigentes territoriales, especialmente con los presidentes autonómicos socialistas que apoyaron a Díaz en las primarias. Estos consideran que esa posición, que implica cambiar el artículo 2 de la Constitución, está fuera de la Declaración de Granada y que ésta “no debe tocarse”, si bien el Congreso Federal puede hacerlo. En una línea más combativa se sitúan Lambán y Page, partidario este último de “no tragar con ruedas de molino” en la cuestión de la plurinacionalidad. Lambán ya apuntó ayer que había que plantear este “importante” debate “con la serenidad y el análisis necesario”. El extremeño Fernández Vara, por su parte, mantiene su postura de que no se pueden otorgar privilegios a unas regiones sobre otras.
En sintonía con el planteamiento plurinacional de Sánchez se sitúan la presidenta balear, Francina Armengol, y la líder del PSE Idoia Mendia. Los isleños llevarán al congreso una enmienda en la que se aboga por “federalizar España” y reformar la Carta Magna para encontrar “un encaje federal para Catalunya que permita reconocer el carácter plurinacional, pluricultural y plurilingüe”. Los socialistas vascos comparten la idea de la plurinacionalidad y defienden que Euskadi es una “nación”, pero desde la perspectiva “cultural”, no política. - Efe