bogotá - El Gobierno Vasco planteó ayer un acuerdo de colaboración al colombiano para la "gestión e impulso de políticas públicas de convivencia" tras el fin de la violencia. El lehendakari trasladó esta propuesta al Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo, en un encuentro que mantuvieron en el Palacio de Nariño, la residencia del presidente colombiano. Aunque no estaba previsto en un principio, Juan Manuel Santos, se acercó a saludar a Iñigo Urkullu y a agradecer la disposición del Ejecutivo vasco a sumar fuerzas en el proceso de paz de Colombia.
La presencia del presidente de la república no solo reforzó las líneas de cooperación entre ambos gobiernos, también le dio un barniz de alto rango institucional a la visita del lehendakari, que el mes pasado ya fue recibido por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y cobra fuerza en el ámbito internacional.
Con la reunión de ayer, Euskadi y Colombia estrechan lazos en el ámbito de la pacificación. Sin embargo, la propuesta de colaboración no tendrá respuesta de momento, porque el Alto Comisionado para el Posconflicto es el órgano competente para tomar la decisión y esa figura todavía no se ha creado. En cualquier caso, hay mucho trabajo ya hecho, y los contactos esta semana con Santos y su vicepresidente han allanado mucho el terreno.
Urkullu y Jaramillo se reunieron durante algo más de una hora, dando continuidad al encuentro de finales de abril en Ajuria Enea y las conversaciones telefónicas que habían mantenido antes. La reunión en Euskadi supuso abrir una línea directa que empieza a dar frutos.
Un día después de suscribir un acuerdo con el Ministerio de Educación para lanzar un proyecto educativo sobre la paz en las aulas de ambos países, el lehendakari puso sobre la mesa una nueva vía de colaboración. Ese acuerdo marco se basaría en el "intercambio de experiencias en los procesos de paz" de ambos países, como semilla para reforzar la convivencia entre las diferentes partes del conflicto una vez finalizada la violencia. "Desde las realidades propias de cada caso, sí hay puntos en común en el trabajo para con las víctimas, en torno a la convivencia", destacó el lehendakari en declaraciones a la prensa tras la reunión con el Alto Comisionado.
El primer punto en el que hay coincidencia es en "la importancia de diferenciar" entre reconciliación y convivencia. Tanto Euskadi como Colombia resaltan el valor del segundo término, que va más allá en lo relativo a la construcción social. Partiendo de la base de que las políticas penitenciarias son diferentes en cada uno de los países, Urkullu explicó que "otro punto en común es la reinserción, la resocialización", de los que han practicado la violencia.
El acuerdo marco que plantea busca atender "a todos los ámbitos en los que las experiencias de los procesos de paz pueden ser concordantes o implementarse". Urkullu afirmó que el objetivo es que la colaboración con Colombia incluya cuestiones como un modelo propio de Educación para la paz, el desarrollo agrario de los cultivos ilícitos y la tierra liberada por la guerrilla o la regeneración de la policía. El lehendakari expresó de nuevo su apoyo al proceso de paz colombiano, que pese a los obstáculos sigue su curso. La oficina del Alto Comisionado de la Paz considera que el fin de la violencia "es irreversible".