madrid - Mariano Rajoy logró ayer que sus Presupuestos para este año pasaran el filtro del Congreso de los Diputados. Fue una votación de gran trascendencia para el presidente español, que considera que la estabilidad de la legislatura está garantizada al menos hasta 2019. Aspira, además, a reeditar en el futuro el mismo consenso con el que ha alumbrado este proyecto presupuestario. Los grupos terminaron de votar ayer las enmiendas parciales y las distintas secciones del proyecto, un trámite farragoso donde Rajoy tenía asegurada la victoria tras amarrar el apoyo del escaño 176 de Nueva Canarias y redondear la suma que ya formaban PP, Foro Asturias, UPN, Ciudadanos, Coalición Canaria y el PNV. Los aprobación de los Presupuestos ya no tiene vuelta de hoja, aunque formalmente tendrán que pasar ahora por el Senado. Sin embargo, el PP cuenta con una mayoría absoluta en esa Cámara. Si hay cambios, el proyecto volverá al Congreso para su ratificación a finales de junio.

Rajoy aseguró ayer que está “satisfecho” tras la aprobación del proyecto, y que es una “buena noticia” para el Estado porque se lanza “un buen mensaje de estabilidad, confianza y credibilidad” dentro y fuera del país. También puso en valor el acuerdo plural con siete fuerzas.

El presidente consiguió un importante balón de oxígeno en una semana complicada por las acusaciones de corrupción. También los partidos que le han apoyado han podido sacar brillo a su gestión asegurándose inversiones relevantes para sus territorios. Al contar con una mayoría tan ajustada, la atención durante la sesión de ayer se centraba en que ningún diputado del bloque del se ausentara o se equivocara en la votación. Algunos acudieron enfermos, y otros se sobrepusieron a situaciones personales complicadas, como la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, quien también acudió el martes a la votación pese al fallecimiento de su padre. Ayer todo marchó según lo previsto, o casi todo, porque la sesión se convirtió por momentos en un número de “circo”, en palabras de la propia presidenta del Congreso, Ana Pastor, que tuvo que llamar al orden a los diputados ante el alboroto que provocó la rotura de dos escaños y la equivocación de Rajoy, que votó en contra de sus propios Presupuestos cuando se sometía al criterio de la Cámara uno de los puntos.

Su lapsus no tuvo consecuencias: ese punto en cuestión, que para colmo era una enmienda sobre un proyecto urbanístico propuesto por el decisivo escaño 176 de Nueva Canarias, tenía un apoyo muy amplio y Rajoy fue el único que votó en contra. Los diputados no tuvieron ayer su mejor día, porque también el líder de Podemos, Pablo Iglesias, incurrió en el error de votar a favor de los Presupuestos de los ministerios de Educación y Exteriores, cuando se da la circunstancia de que va a protagonizar el 13 de junio una moción de censura que busca desalojar a Rajoy.

El protagonismo se lo llevaron las anécdotas, con la rotura del escaño del diputado de Ciudadanos Toni Roldán, que terminó por los suelos y después bromeó diciendo que no tiene apego al sillón. El diputado del PP, Jesús Postigo, a punto estuvo de verse en el mismo trance, pero mantuvo mejor el equilibrio porque su escaño no se rompió por completo, sino que solo cedió parcialmente una de sus patas. La votación puso fin a tres jornadas de debate. Ayer se sumaron 25 enmiendas, dos procedentes de Foro Asturias y el resto, de Nueva Canarias, con inversiones para el acondicionamiento de playas, plantas potabilizadoras, un plan de empleo, carreteras o apoyo a las renovables. - DNA