madrid - La primera conversación entre el nuevo secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tras las primarias del pasado 21 de mayo, se produjo ayer y no estuvo motivada ni por el regreso del primero al poder, ni por el debate presupuestario en el Congreso, ni por la moción de censura que le ha planteado Podemos al líder del PP. Más de una semana después de haber salido elegido, y a la espera de que Rajoy diera el primer paso, Sánchez descolgó ayer el teléfono para comunicarle a Rajoy que se pone a su lado en la cuestión catalana y en concreto en lo relativo al referéndum que el Govern quiere convocar para después del verano.
Tanto el PSOE como el Gobierno lanzaron idénticos mensajes en torno a una conversación “fluida y normal” que afianza el frente constitucionalista ahora que el PSOE ha dejado atrás su situación de interinidad y que Sánchez se ha significado con rotundidad volviendo a las posiciones que mantuvo en su anterior etapa como secretario general socialista.
En el lapso en el que el PSOE ha estado dirigido por la Gestora, e incluso ya antes, cuando se desató la crisis en el partido, Sánchez planteó posturas difusas en torno al problema territorial en el Estado. Barajó pactos con los partido nacionalistas para formar un gobierno alternativo, y dijo que “Catalunya es una nación”, para luego para acuñar desde su equipo, a modo de matiz o rectificación, el término “nación cultural”, a un nivel inferior que la única nación política que contempla el líder del PSOE, España.
Finalmente, Sánchez matizó sobre el matiz y encuadró su apuesta en la Declaración de Granada que el PSOE rubricó en 2013 y que apuesta por la reforma de la Constitución para llevar al país a un modelo federal. El PSOE hablaba ahora de un “Estado plurinacional”.
Ahora el mensaje es nítido y no admite interpretaciones. Sánchez estará en la defensa de la legalidad y de la Constitución y “contra cualquier intento de romperla”, una mención directa al referéndum que llegó a la par que el nuevo portavoz provisional del PSOE en el Congreso, José Luis Ábalos, reclamaba a Mariano Rajoy que “siente” a todos los partidos contrarios al procés para “demostrar que hay un bloque constitucionalista” y una “amplia” mayoría parlamentaria contraria al referéndum, informa Europa Press.
La vicepresidenta del Gobierno, por su parte, decía sentirse “tranquilizada” por las palabras de Ábalos. Y no sólo eso. Soraya Sáenz de Santamaría revelaba que ha habido siempre “información constante” entre Gobierno, Ciudadanos, PSC y PSOE y que nunca Rajoy, implicado personalmente de forma “intensa” en esos contactos, ha avanzado o dado un paso más “sin estar de acuerdo”, como por ejemplo cuando invitó a Carles Puigdemont a explicar su plan en el Congreso.
El alineamiento con Rajoy de Sánchez, que también se reunió ayer en Ferraz con el secretario general de PSC, Miquel Iceta, para unificar sus criterios en torno a Catalunya, cayó como un jarro de agua fría entre las formaciones soberanistas. “No ha cambiado nada, Pedro Sánchez es más de lo mismo”, lamentó la coordinadora del PDeCAT, Marta Pascal, quien constató que “el PSOE esté lejos” del referéndum, informa Efe. Por su parte, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, recordó que la posición del PSOE “no es nada nuevo”, y dijo que ERC no intuía que fuera a cambiar ahora.