gasteiz - Visto el desarrollo del congreso extraordinario de 2016, ¿no esperaba que en algún momento se promoviera una lista alternativa, aunque se haya enterado de su presentación por los medios?

-Es legítimo presentar listas alternativas, más allá de que yo no estoy todavía en esa fase de las listas, falta poco pero como secretario general me toca trabajar para garantizar que EA salga reforzada del congreso. Hay diferencias, llevamos tiempo debatiendo, pero todo esto coge otro nivel cuando sale al exterior. Yo he intentado hasta ahora mantener el debate dentro del partido porque sinceramente creo que a la ciudadanía este tipo de cosas tampoco le interesan demasiado, y además no nos dejan muy bien a los partidos. No me toca nada más que intentar aclarar cómo está la situación.

Señalan los críticos que aunque todos los pasos dados para la integración en la nueva EH Bildu han pasado por la Asamblea Nacional, la militancia no ha tenido ocasión de participar en su elaboración. ¿Ha sido así?

-El cien por cien de la gente comparte las propuestas de transparencia, participación y horizontalidad, y las hago mías, pero en la dirección a la que yo represento hemos hecho diferentes esfuerzos para que la militancia participe. Hemos puesto en marcha en los últimos meses y más, desde 2015, foros comarcales, asambleas, world cafés abiertos a toda la militancia, no sólo a los miembros de la Asamblea Nacional, pero eso sí, las decisiones se toman en estos órganos porque los reglamentos así lo indican, y tanto el secretario general como los militantes de base nos tenemos que atener a eso. Yo creo que la dirección actual ha respondido bien, y ese órgano es el que tiene que representar a la militancia porque en él están representadas todas las organizaciones locales. En ese sentido yo me siento respaldado por el partido, sabiendo también que hay cuestiones más polémicas y discutidas.

Ha señalado que de momento sólo se ha mostrado el envoltorio de la alternativa presentada. ¿No ha habido un debate de contenidos en el seno del partido en este año?

-Debate de contenidos ha habido, pero no trascienden fuera más que a pinceladas, entre otras cosas porque creo que los debates con seriedad se tienen que dar internamente. El escenario político y social general es de cambio, en la forma de militar y de participar de la sociedad en la política. En otros países fuerzas nuevas de un signo o de otro ocupan el espacio que durante muchas décadas han ocupado la izquierda y la derecha tradicionales. Eso requiere reinventarse, amoldarse a los nuevos tiempos, dar apertura y facilidad a la participación de la sociedad en general, todas las organizaciones políticas tenemos que hacer una reflexión, y EH Bildu está en esa tesitura. EA ya en el 2009 puso sobre la mesa la necesidad de crear un espacio soberanista viendo la situación de la izquierda y del abertzalismo. Desde entonces eso ha ido evolucionando, hemos querido aprender de los errores que se cometieron y hemos querido darle una vuelta a la situación. Tenemos que pasar de ser una coalición meramente de partidos políticos con un porcentaje y un reparto, a abrirlo a la sociedad en general. La mayoría de este país es de centro izquierda, y creemos que ahí EH Bildu tiene un papel importante. En EA apostamos en su día por estos acuerdos estratégicos, por conformar ese sujeto político y entrar hasta las cachas, mojarnos completamente.

¿Y qué papel juegan los independientes en esa tesitura, en la nueva EH Bildu?

-Hay personas, algunas conocidas, como Joseba Asirón, Maddalen Iriarte, Miren Larrion o Jasone Agirre, pero luego hay muchísimas a nivel local que también quieren participar más allá del ámbito exclusivamente municipal. Que, de la misma manera que cualquier militante de cualquiera de las formaciones que conformamos EH Bildu, tengan la oportunidad de tomar parte en las decisiones y asumir responsabilidades. Es un escenario que genera mucha ilusión, que tiene mucho potencial, y que tiene muy buena recepción en la sociedad. Eso implica que los partidos tenemos que actuar con generosidad, y parte de nuestra soberanía la tenemos que poner ahí. ¿Implica que los partidos se van a disolver? No, porque van a tener una función clara, tener el control sobre las bases ideológicas de EH Bildu. Para ello se va a crear un ámbito que ahora no existe, la Mesa de Partidos, y ahí sólo estarán los partidos, y desde luego, cuestiones fundamentales como los propios estatutos de EH Bildu sólo se podrán aprobar si tienen el consenso de los partidos. Estamos creando algo nuevo, y eso puede generar incertidumbre y miedos, y estos miedos están aflorando en esta corriente, un miedo a un futuro indefinido, pero nadie sabe cómo va a ser el futuro. EA tiene que estar ahí aportando como partido en la parte que le toca, pero permitiendo abrir la puerta a las personas que quieren participar sin tener que llevar la mochila de una formación u otra.

¿Y quedan en ese proyecto garantizadas las raíces ideológicas de cada partido?

-Sí, porque EH Bildu va a ser el mínimo común denominador, aquello en lo que estemos de acuerdo es por lo que va a responder EH Bildu. Luego las formaciones políticas tendrán la posibilidad, y es necesario además, de marcar su propio territorio. EH Bildu llega ahora mismo a lo que llega, y a las formaciones, con su mensaje diferenciado, pero no contradictorio, les tocará llegar a los ámbitos a los que no llega EH Bildu. Tendremos que actuar en consenso, y también negociar y ver cómo vamos a llevar adelante el disenso.

¿Qué peso tiene ahora mismo cada corriente dentro de Eusko Alkartasuna?

-No lo sé, aún sabiendo que esas diferencias existían la corriente ha aflorado hace poco, y creo que arrogarse que la mayoría social está con uno o con otro... Yo sí digo que las decisiones que estamos tomando tienen el apoyo de la mayoría en la Asamblea Nacional.

¿Teme que el partido pueda salir debilitado del congreso si la división es importante?

-Es negativo llegar a un escenario de confrontación en un congreso, y en la medida que me toca como secretario general y como partícipe en la ponencia política, nuestro objetivo es llegar con la mayoría de las propuestas y las enmiendas consensuadas. Nuestra voluntad va a ser llegar a acuerdos que permitan salvar esos miedos e incertidumbres, porque todo va a depender de las garantías que se pongan encima de la mesa. Estamos dispuestos a eso y de hecho ya lo estamos haciendo. - T.D.