Bilbao - Serán dos jornadas tras las que un retoño del Árbol de Gernika echará raíces en el campo de concentración de Auschwitz, donde se calcula que fallecieron 1,1 millones de personas, la mayoría de ellas judías. No lo hará solo físicamente, sino que la visita institucional que encabezan el lehendakari Urkullu y la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia Ana Otadui servirá para enlazar dos pueblos que, décadas después de que padecieran atroces conculcaciones de los derechos humanos, son ejemplo de memoria y reconciliación.
¿Cual es el objetivo del viaje institucional a Auschwitz-Birkenau?
-Coincidiendo con el 80 aniversario del bombardeo de Gernika que se conmemora este 26 de abril, nuestro objetivo ha sido plantar retoños del Árbol de Gernika, que es el símbolo más universal del pueblo vasco y que además, tras el bombardeo, también podemos decir que es el símbolo del anhelo de paz del pueblo vasco. Nuestro objetivo ha sido plantar ese símbolo en lugares emblemáticos que tienen un significado especial para la memoria histórica. A través de la plantación del retoño queremos unir los símbolos de Gernika y Auschwitz. Gernika representa el inicio de las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, como un ensayo de bombardeo masivo contra la población civil. Y Auschwitz, sin lugar a dudas, representa el máximo exponente de la maquinaria de matar nazi, de las atrocidades que el ser humano es capaz de llegar a cometer.
Buscan tender puentes entre dos memoriales de paz tan simbólicos.
-Queremos unir dos símbolos. Explicándolo con una metáfora, el Árbol del anhelo de paz del pueblo vasco echa raíces en una tierra que conoció el mayor de los horrores imaginables. El anhelo de paz, la lucha por los derechos humanos y la memoria por la que apostamos desde las instituciones vascas brotará y echará raíces en Auschwitz. Es todo un símbolo de esperanza.
¿Les hace especial ilusión que 300 jóvenes vascos compartan la experiencia que ustedes vivirán estos dos próximos dos días?
-Es fundamental. Hay que destacar que a la representación institucional estará encabezada por el lehendakari y una delegación plural de los partidos de las Juntas Generales de Bizkaia. Pero estoy muy ilusionada porque nos van a acompañar 300 jóvenes vascos y en realidad, lo que se trata es de que aprendan de la historia para no volver a repetir errores del pasado. El Guernica de Picasso podría llamarse Alepo hoy en día. Es sembrar la cultura de la paz entre los jóvenes, que crezcan en esos valores de respeto a los derechos humanos y las libertades.
Tiene un extenso programa por delante en tierras polacas...
-Además la plantación del retoño habrá un encuentro con supervivientes del Holocausto en la que tomaremos parte todos, una mesa redonda para hablar de lo que Gernika y Auschwitz significan, hoy tenemos una ofrenda floral... Y también homenajearemos a los dos centenares de vascos que conocieron los campos de concentración. Alguno de ellos estuvo en Auschwitz.
Las Juntas de Bizkaia son quienes custodian el Árbol de Gernika, pero este viaje es fruto de una importante colaboración entre instituciones. ¿Le otorga ello mayor valor?
-El Árbol de Gernika es un símbolo respetado por todos los vascos de los siete territorios y por todas las ideologías. Es de ponerlo en valor. Pero es que en esta ocasión además habrá representación de las diferentes sensibilidades de la Mesa de las Juntas, contamos con el liderazgo del lehendakari y el apoyo de la Secretaría de Paz y Convivencia, Acción Exterior, Instituto Etxepare o el Ayuntamiento de Gernika-Lumo... que participen le da un valor añadido. Nosotros custodiamos el árbol, es así, pero en este caso es fundamental contar con la participación de otras instituciones. Estoy muy agradecida a que compartan con nosotros esta iniciativa, que el lehendakari participe en este viaje institucional.
¿Aprovecharán el viaje a Auschwitz, un símbolo de la barbarie nazi, y la cercanía del 80 aniversario del bombardeo de Gernika, para reivindicar que el Gobierno español pida perdón por el ataque a la localidad foral, tal y como lo hicieron los alemanes?
-El objetivo concreto del viaje es otro, aunque sí es verdad que son dos cuestiones que guardan cierta relación. Bienvenido sea, si algún día viene, el reconocimiento y perdón, el respeto a la dignidad, el reconocimiento a la verdad, la justicia y la reparación que todas las víctimas de todas las barbaries y sinrazones se merecen. Y que les debemos de dar. Ha habido diferentes iniciativas en las Juntas Generales de Bizkaia, el Parlamento Vasco y diferentes instituciones y todavía seguimos a la espera a esa reparación y verdad que merecen las víctimas de aquella sinrazón que fue la Guerra Civil. No la hemos tenido o no la han dado.
¿Aparte de Auschwitz, tienen pensado plantar algún otro retoño del Árbol de Gernika en otros lugares simbólicos para la paz?
-Iniciamos el año de plantaciones en Sartaguda, en Navarra. Ahora tenemos otro sueño, que es el de plantar un retoño en los jardines del Vaticano, como símbolo de paz. Estamos trabajando para que se haga realidad con la colaboración del lehendakari y el obispo de Bilbao, Mario Iceta. Es un emplazamiento que puede acoger un retoño, pero tampoco nos olvidamos de otras ciudades tan simbólicas como Hiroshima y Nagasaki, que padecieron los bombardeos atómicos.