BIlbao/gasteiz - DNA ha pulsado la opinión de curas y teólogos acerca del papel que la Iglesia vasca ha jugado y debería de jugar en el desarme de ETA. Latente aún el eco de las palabras de ayer del obispo de Gasteiz, Juan Carlos Elizalde, y las pronunciadas el pasado lunes por su homólogo en Donostia, José Ignacio Munilla, diferentes voces coinciden en desligar la base eclesiástica de la jerarquía, ensalzar la labor efectuada en favor de la convivencia y arrogarse un papel futuro importante para asentar la paz en Euskadi. - I. Fradua/T. Díez
“Los obispos vascos han tenido una actitud frente al desarme y la mayoría de cristianos otra”
Iñaki Beristain
Franciscano de Arantzazu
Franciscano que vive en Arantzazu desde 1967, Beristain distingue inicialmente a la Iglesia vasca de quienes ostentan los altos cargos de su Curia, cuya actitud ante el desarme de ETA asegura “no entender”. “Han tenido una actitud y la mayoría de los cristianos, aunque no sé cuantos, lo hemos visto de otra forma”, apunta gráficamente. Su opinión, en todo caso, es que “la Iglesia y los cristianos estamos para impulsar los pequeños pasos que se van dando, sean pequeños o grandes”, sin “minusvalorar” que no se haya dado “el paso completo”, tercia. Califica a Zuppi de “hombre preocupado por el proceso vasco” desde su atalaya de la comunidad de San Egidio. Al arzobispo de Bolonia lo conoció en persona. “Le han tenido que encargar de Roma, aunque digan que no; pero quizás no para que hiciera de mediador”, explica sobre el cometido del prelado italiano. “Su presencia ha sido sencilla, humilde y bonita”, concluye.
“La presencia de la Iglesia en el proceso de desarme, que es un paso importante a la paz, no está de más”
Patxi Azpitarte
Párroco de Deba e Itziar
Cura que lleva más de 30 años de trayectoria y fue exvicario de la diócesis de Donostia, Azpitarte resalta que la Iglesia vasca “ha estado vivamente presente en el proceso de pacificación, normalización y reconciliación” durante las etapas de José María Setién y Juan María Uriarte al frente del obispado de la capital guipuzcoana. Pero “la presencia de la Iglesia en el proceso de desarme, que es un paso importante, no está de más”. En lo que respecta a Zuppi, al que conoce desde hace muchos años, “se merece un gran respeto, y después un gran agradecimiento”, más si cabe cuando “el mismo Papa ha trabajado por normalizar las relaciones entre EEUU y Cuba o ha participado directamente en el conflicto de Colombia”. Califica como “feo” que un obispo salga así “criticando” a Zuppi y censura las críticas expresadas por el prelado de Donostia, José Ignacio Munilla. “Ellos medirían si debían de estar o no” en un acto en el que “sí hubo presencia de la Iglesia”, aunque de las bases.
“Agradezco a Zuppi no solo su presencia en Baiona, sino su discreto trabajo por la desaparición de ETA”
José mari Kortazar
Párroco de Arratia
Miembro del Foro de Curas de Bizkaia, contesta a preguntas de este diario “a título personal”. Y resalta la labor de la Iglesia en la pacificación poniendo como ejemplo dos actividades recientes: una conferencia organizada por las iglesias de Arratia -en las que da misa- en la que participó la directora del Instituto Gogora, Aintzane Ezenarro, y Bake Topaketa, donde se escucharon a víctimas del terrorismo y de tortura y en el que estuvo presente el obispo de Bilbao, Mario Iceta. Sin embargo “no sé si luego habla mirando a la Iglesia de Bizkaia o a no quemar su prestigio mirando también a Madrid”. Kortazar ahonda que “es un tema en el que no se encuentra cómodo y lo delega en la Comisión Diocesana de Paz y Reconciliación que la anima magistralmente el jesuita Manu Arrue”. Sobre el papel de Mateo Zuppi, al que agradece “no solo su presencia, sino su discreto trabajo por el desarme y la desaparición de ETA”, cree “imposible” que acudiera a Baiona “sin el visto bueno de altas instancias del Vaticano”. Así, afirma que ha existido una vía Parolin, “un hombre de confianza del papa Francisco”, en lugar de “la autopista vía Madrid que lleva tiempo cerrada, pero que muchos obispos la ven como escalera de promoción eclesial”.
“La respuesta de los obispos ha sido muy pobre, con falta de esperanza y poco abierta al futuro”
Félix Placer Ugarte
Profesor emérito de Teología
Miembro de la Coordinadora de Sacerdotes de Euskal Herria, Placer valora que la Iglesia “ha tenido un papel muy importante en relación al conflicto vasco” y coincide con Azpitarte en destacar el legado de Uriarte y Setién ante a la tibieza de los actuales obispos. “Deberían haberse implicado más en pedir el desarme y, sobre todo, en ofrecer pautas positivas”, cuando su respuesta ha sido “muy pobre, con falta de esperanza y poco abierta al futuro”. Aplaude la labor “mucho más constructora de la paz” de Zuppi y la Iglesia Anglicana, que estuvieron en Baiona. La del arzobispo italiano, que “ha colaborado en la resolución de muchos conflictos, refleja perfectamente la conducta del papa Francisco, que quiere resolver los conflictos apoyando”.
“Es muy grave que los obispos no hayan colaborado, sino que más bien hayan sido una rémora”
Joxe Arregi
Teólogo
“Es incomprensible y muy grave que no solo no hayan colaborado en el final ordenado de ETA, sino que más bien hayan sido una rémora”, asegura Arregi sobre la ausencia de los obispos el sábado pasado en Baiona. Las posteriores declaraciones de monseñor Munilla, “llenas de acritud y despecho”, son tildadas por el teólogo como “un triste retrato de una institución religiosa que ha roto definitivamente con la inmensa mayoría de su comunidad”, si bien “el tímido desmarque” a posteriori del obispo Elizalde es “un pequeño alivio”. La asistencia de Zuppi a la capital labortana, así como de otras personalidades eclesiásticas, “atenúa en parte la ausencia de los obispos de nuestras cinco diócesis y es un signo de la sensibilidad y proximidad al pueblo que muestra y demanda el papa Francisco. También es muestra de la pluralidad de la Iglesia, afortunadamente”.