Franck Dolosor

baiona - La trastienda del desarme de ETA del sábado va saliendo poco a poco a la luz y se van conociendo más detalles sobre una operación que muchos califican de “auténtico milagro”. A pesar de los riesgos existentes, se consiguió el objetivo fundamental: que los denominados Artesanos por la paz pudieran dejar las armas de ETA en manos de la policía sin ser detenidos. Además de la diputada socialista por Lapurdi Sylviane Alaux, los antiguos alcaldes centristas de Hendaia y Donibane Lohizune, una concejala comunista y la consejera regional ecologista de Aquitania Alice Leiciagueçahar se encontraban entre los 172 observadores que presenciaron la entrega de armas y explosivos. En dos entrevistas concedidas ayer a las emisoras públicas France Bleu Pays Basque y Radio Euskadi, la senadora socialista Frédérique Espagnac explicó que todo el proceso estuvo pendiente de un hilo hasta el último minuto.

La parlamentaria vasca aseguró que el propio presidente de la República francesa, François Hollande, y el primer ministro, Bernard Cazeneuve, dieron el visto bueno a la operación planteada por los activistas de Iparralde, al tratarse de una propuesta de desarme total, legal y ordenado. Espagnac afirmó que el exministro del Interior, Bruno Le Roux, abordó esta cuestión en la cumbre hispano-francesa de Málaga el pasado 20 de febrero. La senadora calificó ayer el desarme de “momento histórico” y espera ahora al anuncio de la disolución de la banda armada. Reconoció que pedir a Hollande que permitiera un desarme sin contrapartidas ha resultado más fácil tras la salida del Gobierno de Manuel Valls en diciembre.

Asimismo, subrayó el papel determinante que ha jugado Éric Morvan, delegado del Gobierno galo en Pirineos Atlánticos, buen conocedor de la situación del País Vasco ya que hace unos años fue subprefecto en Baiona. Ante los micrófonos de Radio Euskadi, la parlamentaria reconoció que sintió un gran alivio después de que las máximas autoridades ordenaran que no se detuviera a ninguno de los observadores que vigilaban los escondites hasta la llegada de la policía. Frédérique Espagnac, que recuerda en todo momento a las víctimas del terrorismo, asegura que no hay que olvidar a las víctimas de los GAL o a los presos de ETA que, a su juicio, tendrían que ser acercados al País Vasco. “Existen cicatrices en ambos lados, es hora de construir un porvenir mejor sobre todo para los jóvenes” agregó. A Frédérique Espagnac no le extraña el “éxito” del Día del desarme en la capital labortana ya que la sociedad civil siempre tiene la llave, “es la fuerza vasca”.

La senadora afirmó que París tenía que actuar de forma responsable para no dejar armas diseminadas por el territorio en un momento en el que Francia se encuentra en estado de emergencia. Más aún cuando numerosos ciudadanos acceden a mediar para que se entregasen las armas. No descartó que la Justicia francesa llame ahora a declarar a los observadores y Artesanos de la paz que colaboraron con el desarme el sábado porque así lo prevé el estado de derecho.