Bilbao - El 30 de septiembre de 1982, en una rueda de prensa realizada ante los medios de comunicación y a cara descubierta, los dirigentes de ETA-pm VII Asamblea anunciaron el fin de la organización. “La lucha armada y ETA ya han cumplido su papel”, sentenciaron.
Sin embargo, y pese a las negociaciones que desde un año antes mantenían el Gobierno de la UCD, en especial su ministro del Interior, Juan José Rosón, y los dirigentes de EE Juan Maria Bandrés y Mario Onaindia, la organización -oficialmente- no entregó ningún armamento. Hay quienes aseguran que fueron los integrantes de ETA p-m VIII Asamblea, conocidos como los octavos, quienes se quedaron con buena parte del arsenal. Gran parte de ellos acabaron integrados en ETA-militar que pasó a ser conocida simplemente como ETA; otros, con más malicia, apuntan a los éxitos policiales conseguidos de manera un tanto extraña que sirvieron para que las Fuerzas de Seguridad encontraran zulos de una organización completamente dividida.
Iparretarrak (IK) surgió como organización en Iparralde en 1972. En 1998, tras El Pacto de Lizarra, declaró una tregua para no entorpecer el proceso. Rompieron la tregua en abril de 2000 cuando colocaron un explosivo en una oficina vacía de la Gendarmería en Lekunberri. También atacaron un centro turístico cerca de Baiona. IK no ha realizado más atentados, y tampoco se ha pronunciado sobre su situación. Oficialmente no ha realizado ninguna declaración de disolución ni tampoco ha entregado ningún arma.
Al igual que en el caso de ETA p-m VII Asamblea o de Iparretarrak, más allá de las armas incautadas en acciones policiales, Terra Lliure no entregó su arsenal tras la disolución. -J. Núñez