baiona - Etcheverry atiende a la entrevista en la sede de la Fundación Robles Arangiz del sindicato ELA, en el corazón de Baiona Ttipia, su lugar de trabajo habitual. Su móvil no deja de sonar. Hay mucha gente pendiente de sus decisiones de cara al Día de Desarme del 8 de abril en Baiona.

¿Era necesario organizar un acto, una celebración, como la que han convocado para el 8 de abril en Baiona?

-No es una celebración. Nosotros nunca hemos utilizado esa palabra. Nosotros organizamos un Día del Desarme. Desde la operación de Luhuso (en diciembre del año pasado), hemos intentado que el Gobierno francés coopere con nosotros para organizar el desarme de manera total, inmediata y confidencial. No lo hemos conseguido y entonces hemos decidido hacerlo nosotros para terminar el desarme antes de las elecciones presidenciales francesas del próximo 22 de abril. A partir de esta decisión, hemos tenido que resolver problemas técnicos y políticos, y todo eso nos ha conducido a este diseño de desarme. Va a ser un día en el que se van a hacer las operaciones de desarme y queremos que tengan un apoyo masivo y plural para cubrir a los Artesanos de la Paz que van a tener que hacer todo el proceso con los riesgos jurídicos y políticos que comporta. Este es el diseño que nos permitía hacer el desarme total y ese era nuestro objetivo final. No es una celebración, es un acto cuyo momento más importante será una concentración plural que se va a hacer en el más absoluto respeto hacia todas las víctimas de todos las partes. No queremos borrar el pasado, pues el desarme no borra el pasado, pero sí queremos construir juntos una paz flexible y una nueva convivencia.

¿Han recibido alguna garantía o compromiso de las autoridades francesas de que se harán cargo de las armas?

-Tenemos muchos contactos y conversaciones con diferentes autoridades e instituciones, pero no las podemos revelar. Es evidente que todo lo hemos organizado de la manera más ordenada y segura posible.

¿Entiende que haya quien pueda ver lo de Baiona como un intento para blanquear los asesinatos de ETA y humillar a las víctimas?

-Vamos a hacer lo posible para que sea justamente al contrario, que las víctimas no puedan sentirse humilladas. Visto desde Iparralde, es muy importante que las armas desaparezcan, nos preocupa lo que pudiera pasar con esas armas si se dejan desperdigadas y sin control en nuestros montes y bosques. También estamos preocupados por el hecho de que un estancamiento de la situación pueda generar gérmenes de revancha y situaciones dolorosas. Queremos impedirlo. Cuando hicimos lo de Luhuso, pensamos que aquellas armas ya no iban a servir para hacer atentados y generar sufrimiento y tensión política. Esperamos que el acto del día 8 también tenga esa utilidad. Queremos hacerlo de la manera más digna y respetuosa para las víctimas. Va a venir mucha gente de muy diferentes opiniones, mucha gente que ha luchado contra la lucha armada, víctimas de esa lucha armada, otra gente que ha sufrido porque son familiares de presos o de otro tipo.

¿Van a traer a víctimas de todas las violencias?

-Sí, y también a sectores con visiones diferentes sobre la naturaleza del conflicto. Estamos hablando con mucha gente muy diferente. Vamos a reunir mucha gente de esos sectores. Lo sabemos porque estamos hablando con ellos y nos dicen que van a venir. Muchos son gente que se ha opuesto con fuerza a la lucha armada de ETA, que han tenido a su lado víctimas de esa lucha armada, así como otros que han padecido torturas o víctimas de la represión.

¿Va a ser un acto multitudinario?

-Por lo que vemos y oímos en Iparralde, pensamos que va a ser un acto muy masivo. Vendrán socialistas, gente de la derecha, cristianos, sindicalistas, de movimientos sociales? así como personas de la calle sin afiliación alguna que nunca participa en manifestaciones pero que sí estará en la concentración de Baiona para respaldar el Día del Desarme y el trabajo de los Artesanos de la Paz.

¿Cree que movilizarán masivamente a gente de Euskadi sur?

-Por lo que hemos leído, creemos que vendrá mucha gente y esperamos que sea plural.

¿Qué formato va a tener el ‘Día del Desarme’?

-No puedo avanzar más de lo que se ha dicho en público porque estamos en ello y lo revelaremos la semana que viene. Por la mañana habrá conferencias ofrecidas por expertos en las que se profundizará en los aspectos y problemas a resolver para tener una paz global, justa y duradera. Por la tarde, a la tres, tendrá lugar el acto principal, esto es, una concentración ciudadana, una concentración corta, llena de contenido, un contenido acordado con actores de sensibilidades políticas, sindicales y sociales ultradiferentes. No será una manifestación y menos aún una romería, fiesta o celebración como algunos políticos han afirmado. Al final del acto se terminará el Día del Desarme y se hará un balance de la jornada, y ese balance también será compartido entre todas las sensibilidades que vayan a respaldar el acto.

¿Le gustaría que en Baiona estuvieran el lehendakari Iñigo Urkullu o la presidenta de Nafarroa, Uxue Barkos?

-Pensamos que las instituciones tienen un rango especial y que las instituciones tienen que participar en este proceso de desarme. Han tenido un papel muy importante, han hecho mucho trabajo estas últimas semanas para permitir que el proceso avance, pero pienso que ellos tienen un formato de participación especial. Les corresponde a ellos decidir la forma en la que quieren participar en todo esto, pero no les vemos en una concentración. En esa concentración sí vemos a la población, a personas de diferentes sensibilidades políticas, sociales y sindicales.

¿Anunciar con tanta antelación (tres semanas) el acto de Baiona fue una imprudencia que ha podido poner en riesgo el desarme? ¿Era necesario hacerlo tan pronto?

-Hemos pasado desde diciembre hasta el día en que anunciamos el acto de Baiona, el 17 de marzo, intentando hacer mover al Gobierno francés y sabiendo que, si no lo conseguíamos, íbamos a tener que poner sobre la mesa un diseño en el que nosotros mismos deberíamos ejecutar el desarme. A partir del momento en el que ya no nos quedaba mucho tiempo, necesitábamos un margen para preparar eso. Y teníamos que compartirlo con el mayor número posible de sectores. Desde el momento en que lo compartimos sabíamos que iba a pasar al dominio público y preferimos anunciarlo nosotros para poder explicarlo bien. Nos ha sido muy útil porque ha facilitado las cosas en la organización concreta del desarme porque ha cambiado un tono en ciertos interlocutores con los que trabajamos. Este anuncio ha hecho posible la culminación del desarme el 8 de abril.