Barcelona - La división en el Parlament entre los grupos soberanistas y aquellos que se oponen a la desanexión quedó reflejada ayer en toda su crudeza con motivo de la aprobación de los presupuestos de este año, que contemplan una partida específica para la celebración de un referéndum. Dicho visto bueno se produjo pese a las advertencias de los letrados de la Cámara de que la disposición adicional sobre el referéndum supone desobedecer al Tribunal Constitucional, y ante las airadas protestas de Ciudadanos, PSC y PPC, que pidieron paralizar el pleno para valorar el informe jurídico, lo que rechazó la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.
La sesión parlamentaria más tensa de la legislatura comenzó con la lectura por parte del vicepresidente de la Mesa, Lluís Corominas, de una nota de los servicios jurídicos en la que avisaban de que la aprobación de la disposición adicional sobre el referéndum supondría “ignorar” la advertencia del TC. Aludían a la disposición adicional 31 de las cuentas, que exhorta al Govern a organizar “un proceso referendario sobre el futuro político de Catalunya en el marco de la legislación vigente en el momento de su convocatoria”.
El pasado día 3, el Consejo de Garantías Estatutarias, órgano consultivo de la Generalitat encargado de velar por la adecuación de las leyes catalanas al Estatut y a la Constitución, dictaminó que esta disposición era inconstitucional. En el informe leído ayer, ampliaron la advertencia a las enmiendas de JxSí, Catalunya Sí Que Es Pot y la CUP, cuya aprobación también supondría incurrir en desobediencia. Carme Forcadell suspendió entonces la sesión durante cinco minutos para que los grupos pudieran valorar el documento y decidir si mantenían sus enmiendas o las retiraban.
Después de que la presidenta de la Cámara rechazara convocar de urgencia a la Mesa del Parlament como pedía la oposición, los diputados de JxSí, Catalunya Sí Que Es Pot y la CUP rechazaron las propuestas de Ciudadanos, el PSC y el PPC para suprimir la polémica disposición adicional 31. Hubo espacio para otro momento controvertido con la aprobación de las enmiendas de la CUP y de Catalunya Sí Que Es Pot, lo que a juicio del portavoz de esta última, Joan Coscubiela, suponía incurrir en una contradicción: mientras que la primera defiende el referéndum unilateral, la segunda aboga por una consulta pactada. Los presupuestos salieron finalmente adelante con el apoyo de Junts pel Sí más dos votos prestados de la CUP, y con el rechazo de Ciudadanos, el PSC, Catalunya Sí Que Es Pot y el PPC. El resto de diputados cuperos se abstuvieron.