gasteiz - El consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, compareció ayer en la sede del Gobierno Vasco de Lakua para certificar lo que ya el martes ya era un hecho consumado. El PP vasco permitirá la aprobación de los Presupuestos del Ejecutivo de PNV y PSE con su voto afirmativo o su abstención. El martes por la tarde tras la reunión de Azpiazu con EH Bildu, el propio consejero y el lehendakari Urkullu llamaron al presidente popular, Alfonso Alonso, para comunicarle que su partido era el elegido como socio para aprobar las Cuentas de 2017.

Alonso pedía exclusividad, y así lo manifestó ayer mismo, y ya la tiene, para evitar que “proyectos de contenido radical y populista, prácticamente de extrema izquierda”, participen en el diseño del Presupuesto. El Gobierno, por su parte, logra su objetivo de atar los apoyos con la celeridad necesaria para poner en marcha la principal herramienta de gestión de un Ejecutivo.

Ahora queda por delante un proceso de negociación técnica que supondrá la movilización de en torno a 25 millones de euros, un proceso que una parte, el Gobierno, ve encarrilado; y la otra, el PP, no tanto. En todo caso, de llegar a buen puerto en el debate de enmiendas PNV y PSE aceptarán todas las correcciones del PP, y los tres partidos rechazarán al unísono las propuestas de EH Bildu y Elkarrekin Podemos, que ayer criticaban duramente el principio de acuerdo alcanzado.

Azpiazu, en ese sentido, señaló que “vistas las exigencias de cada uno de los grupos parlamentarios, el PP era la única alternativa, o la más razonable, para aprobar el Presupuesto en plazo, que es lo que a nosotros nos interesa”. “Desde un primer encuentro el PP ha mostrado su disposición a colaborar para que este Presupuesto salga adelante, lo que le agradecemos sinceramente”, insistió Azpiazu, quien aseguró que aunque ahora ambas partes deben “concretar partidas y compromisos, el acuerdo marco ya está adoptado”, con lo cual, dijo, “podremos trabajar con relativa comodidad”.

En el PP, ahora que ha conseguido ser el interlocutor único del Gobierno, vendían ayer su apoyo algo más caro que en días precedentes. “Es pronto; todo esto requiere un poquito de trabajo, hay que sentarse cuanto antes porque el calendario va avanzando”, afirmó en el Parlamento Alfonso Alonso, menos preocupado por las cifras concretas que por el hecho, insistió, de que “la negociación sea exclusiva con el PP”.

Durante todo ese proceso, por otra parte, tanto desde EH Bildu y Elkarrekin Podemos como desde los propios medios de comunicación se ha especulado con una eventual relación entre la negociación presupuestaria en Euskadi y Madrid, una relación que tanto Azpiazu como Alonso, una vez más, descartaron, aunque ambos procesos puedan influirse mutuamente.

En opinión de Azpiazu, “las negociaciones son en dos ámbitos diferentes y momentos diferentes; nuestra prioridad era aprobar el Presupuesto y hemos tenido que buscar un socio”.

Alonso, por su parte, afirmaba haber negociado “en clave vasca” y que “no ha habido cambio de cromos”, aunque “la clave nacional es la misma porque también en España hace falta una confluencia de los partidos moderados, una alternativa sensata frente a la amenaza del populismo”. Para el presidente del PP vasco, una alianza entre jeltzales, socialistas y populares que siguiera el modelo vasco “también sería muy buena en el Congreso”.

la agenda de rajoy En relación a ese eventual intercambio de votos en ambos parlamentos, ayer surgió la anécdota después de que La Vanguardia publicara una fotografía en la que el presidente del Gobierno central, Mariano Rajoy, dejaba ver las notas con sus planes para el fin de semana, papeles en los que se aludía a una misteriosa “comida privada” para el sábado en Vitoria. Ayer Alonso aseguró que será con él mismo con quien coma el presidente, invitado al Congreso del PP vasco en el que el exministro de Sanidad reafirmará su liderazgo del partido en Euskadi.

En todo caso, la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado va mucho más retrasada que la de las Cuentas vascas, que esta semana han dado un salto de gigante para su aprobación, lo que generó ayer todo tipo de reacciones. La más llamativa, la del secretario general de Sortu, Arnaldo Otegi, quien señaló en Twitter que el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, estrenó el martes “el traje de Pinocho para los próximos Carnavales” al acusar a la coalición soberanista de negarse a negociar las cuentas y apelar a la influencia de ELA en esa decisión, informa Europa Press.

Con un discurso más elaborado que el que permiten los 140 caracteres de la red social, la portavoz parlamentaria de EH Bildu, Maddalen Iriarte, afeaba al PNV haber elegido como socio “al partido con menos adhesiones, el partido de los recortes, el partido que no reconoce a este pueblo”, y aunque dijo que la coalición sigue creyendo que “hay oportunidades de lograr acuerdos amplios”, sí insistió en que el PNV “ha arrinconado a EH Bildu para pactar con los partidos unionistas”. En cuanto a las palabras de Ortuzar, Iriarte cree que el presidente del EBB “tiene problemas serios dentro del PNV y con la sociedad vasca para explicar este acuerdo, y lo que se le ocurre es lanzar balones fuera”.

El portavoz parlamentario de los jeltzales, Joseba Egibar, afirmó por su parte que el PP “ha pasado de ser la quinta fuerza parlamentaria a estar en el centro de la pista, nos guste o no, y hablando de tú a tú con el PNV; otros grupos no han advertido esa circunstancia”. Según Egibar, el PNV no podía decir no a su apoyo cuando los otros grupos no ofrecieron renunciar a la enmienda de totalidad.

Por su parte, el portavoz del PSE en la Cámara, José Antonio Pastor, aseguraba que la elección del PP “ha sido casi una opción de descarte, porque tanto EH Bildu como Podemos desde un primero momento tenían tomada la decisión de no entrar a un proceso de negociación”.

Por último, según el portavoz parlamentario de Elkarrekin Podemos, Lander Martínez, su formación sabía que “el PNV mentía cuando lo negaba -el pacto con el PP- y el tiempo pone a cada cual en su lugar”. Para Martínez, el acuerdo en Euskadi “no se puede desligar de la negociación” en Madrid.