madrid - Lo ocurrido en el tumultuoso Comité Federal del 1 de octubre que acabó con la dimisión de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE, ha hecho mella en los militantes socialistas. Para evitar escenas como las que se vivieron aquella noche en la sede madrileña de Ferraz, Patxi López, candidato a la secretaría general del partido, apostó ayer porque el nuevo líder de la formación, “el secretario o secretaria” general elegido por la militancia, solo pueda ser destituido por la militancia para “evitar cosas vividas en el pasado” de las que, según aseguró, “somos responsables todos los dirigentes”. “Si el secretario general pierde la confianza del órgano de control que, en este caso es el Comité Federal, quiero que se pueda proponer una moción de confianza o una moción de censura que tengan que votar los militantes”, propuso en un acto celebrado en Almería.

López, quien afirmó tajante que su candidatura se va a “poder votar el día de las primarias” y que “llegará hasta el final”, subrayó que su intención no es la de “competir por trocear el partido y hacerme fuerte en una parte de él”, al tiempo que advirtió de que “vencer sobre un partido roto es la peor derrota para un socialista”. “Yo no vengo a decir quién fue el más malo, quién tiene más culpa ya que yo venga a trabajar por la unidad del partido y mi primer objetivo es defender al PSOE, ya que un partido dividido, que enfrenta a militantes unos con otros, irá al desastre y dará igual quien gane las primarias”, señaló.

A juicio de López, hay que “entender” la perentoriedad de la “colaboración y la lealtad” para abogar por abrir “un nuevo tiempo de colaboración, complicidad y lealtad, algo que nos ha faltado y mucho en los últimos años”, ha lamentado.

El ex jefe del Ejecutivo vasco dio su “palabra” de que si no alcanza el liderato de los socialistas, “de ninguna manera” participará o alentará “ningún intento de organizar y ejercer la oposición interna a la Secretaria General”. Al hilo de esto, aseveró que en el PSOE, no puede haber “ningún militante sin voz ni ningún poder sin control”. “Nuestros adversarios no están aquí, no podemos hacer un congreso con un debate pequeño sobre sanchistas, susanistas o patxistas”, señaló, para proponer a “todos” los candidatos “que nos ofrezcamos para hacer debates públicos en los que contrastar ante la militancia nuestras propuestas”. “Porque eso no es dividir”, apostilló.

No es no También fue día de actos para el hasta ahora otro candidato al liderazgo del PSOE, Pedro Sánchez, que estuvo en Valladolid arropado, entre otros, por el alcalde pucelano, Óscar Puente, un reconocido sanchista. Antes de su intervención, Sánchez firmó el casco de un trabajador que se acercó a él y lanzó guiños de apoyo tanto para la minería como para los trabajadores de Nissan. Así, reivindicó un PSOE que apoye las comarcas mineras tanto leonesas como asturianas frente a la falta de ayuda del Gobierno, al tiempo que se posicionó contra la deslocalización de empresas y se refirió expresamente a Nissan, que pasa por dificultades en Avila,

Sánchez defendió un PSOE que sirva para vertebrar España y abogó por “recuperar” el partido tras la “frustración” sufrida por los socialistas. “La esperanzas de volver a la senda que nunca debió abandonar, autónomo, coherente, un PSOE que dice no a Rajoy y que vota no a Rajoy”, señaló. A este respecto, afirmó que aseguran que decir “no es no” es no tener un proyecto político, pero, a su juicio, se equivocan porque detrás hay “un gran sí” con proyectos que pasan por cuestiones como derogar la reforma laboral, la LOE o buscar un pacto de Estado contra la violencia de género. “El PP anda bastante preocupado por que este proyecto político gane las primarias, no le falta razón”, señaló.

El ex secretario general del PSOE defendió al partido socialista como una “gran fuerza de cambio” que siempre fue, “desde la izquierda y nunca desde el centro” y criticó que a algunos parezca ahora que les da “miedo” decir que son de izquierdas. Por ello, reivindicó un PSOE “ganador”, para lo que considera que tiene que estar “unido” tanto a sus militantes como a su historia y a los votantes, pero no a la derecha.

En cuanto a la resolución del liderazgo del PSOE, rechazó la “vieja idea” de que es mejor resolverlo “a la vieja usanza, por arriba” con una candidatura útil porque “a la sociedad no le valen las mismas soluciones que hace 35 años” y por ello defendió que se escuche en mayo a los que no lo fueron antes.

Sánchez aseguró que ha dado un “paso al frente” porque son “tiempos de compromiso y no de resignación” en los que la militancia tiene que recuperar al PSOE y la izquierda vuelva a gobernar el país. En este sentido, añadió que ese “paso al frente” se da porque se avecina un congreso “decisivo” para la historia del PSOE. “Ningún socialista se le escapa que está en una encrucijada”, apostilló. -Efe/E.Press