donostia - El portavoz de Sortu, Arkaitz Rodríguez, denunció ayer que la tortura ha sido una práctica sistemática que han empleado los Estados en contra del independentismo vasco, tal y como demuestran, en su opinión, los más de 5.000 casos documentados por la fundación Euskal Memoria, y reclamó “reconocimiento y reparación” para las víctimas con el objetivo de lograr “una solución y una paz justa, estable y duradera”.
La formación abertzale se concentró frente a la comisaría de la Ertzaintza en el barrio del Antiguo en Donostia, y también en Bilbao, Gasteiz e Iruñea, para denunciar “la existencia de la tortura” y para reclamar “el reconocimiento de todas las víctimas de esa práctica”.
Rodríguez apuntó que, según los datos hechos públicos por la fundación Euskal Memoria, “son más de 5.657 los casos fehacientemente documentados que demuestran, en primer lugar, que la tortura ha sido una práctica sistemática que han empleado los Estados en contra del independentismo”.
A su juicio, estas cifras evidencian también “la falsedad del relato que pretenden imponer algunos” y subrayó que “en este pueblo no solo ha existido una violencia, la única violencia no ha sido la de ETA. Más bien al contrario, en este pueblo ha existido una violencia estructural y permanente por parte del Estado, que ha ido destinada a impedir el avance del independentismo en este país”.
Finalmente, Rodríguez destacó que “una solución y una paz justa, estable y duradera, que es lo que desea la inmensa mayoría de la sociedad vasca, exige, entre otras cosas, el reconocimiento de la existencia de la tortura, el reconocimiento y la reparación de esas miles de personas que han sido víctimas de la tortura y adoptar medidas que garanticen la no repetición”.
Sortu da por bueno los datos publicados por el citado informe de Euskal Memoria que recoge 5.657 casos de tortura en Euskadi en las últimas casi seis décadas y que el 42% de esas personas torturadas ha sido posteriormente absuelta. Además, afirma que 407 personas han sido torturadas por la Ertzaintza y que se trata de “casos documentados y probados”.
La labor de Euskal Memoria se basa en el trabajo de voluntarios que revisan cada detención sospechosa producida desde 1960. - E.P.