gasteiz - El lehendakari Iñigo Urkullu ha decidido reforzar las funciones de Jonan Fernández en esta legislatura. El secretario de Paz y Convivencia alternará el “monotema” vinculado a las consecuencias de la violencia en Euskadi con cuestiones relacionadas con los refugiados que llegan a Europa desde países en conflicto y tendrá bajo su control la Agencia Vasca de Cooperación al Desarrollo, un ente que hasta ahora dependía de la Secretaría General de Acción Exterior.

¿Por qué se ha sacado la Agencia Vasca de Cooperación de Acción Exterior y se ha incorporado a la Secretaría de Paz y Convivencia?

-El lehendakari ha querido reforzar la perspectiva de los Derechos Humanos dentro del gobierno y como consecuencia de eso se incorpora a la Secretaria de Derechos Humanos y Convivencia el área de Cooperación y también la coordinación de la respuesta a la crisis de los refugiados. En este momento en materia de derechos humanos conviven dos agendas: la agenda vinculada al final de la violencia de ETA y la agenda de retos emergentes de la convivencia que tiene que ver con nuevas realidades (refugiados, convivencia interreligiosa e intercultural, la respuesta a los populismos, el terrorismo internacional?).

¿El tema de los refugiados es para Euskadi tan importante como para darle un tratamiento tan específico?

-Sí, porque la urgencia del drama es muy grande, hiere la sensibilidad de la sociedad vasca, también de la europea. En cualquier momento nos llegan escenas de situaciones trágicas sobre lo que están pasando los refugiados en el Mediterráneo. Además, el balance de lo ocurrido en el Estado español desde 2015 es muy pobre y hay que articular nuevas iniciativas que permitan una respuesta mejor en lo cualitativo como en lo cuantitativo.

¿Se refiere a que las acogidas son pocas y lentas?

Efectivamente. Había un compromiso del Estado español de acoger a unas 17.000 personas y todavía no se ha llegado ni siquiera al millar.

¿El nivel de interlocución con el Estado español es suficiente para articular programas de integración de los refugiados?

-A día de hoy la relación y la comunicación con el Gobierno español es buena en este tema y estamos explorando dos propuestas que les hemos presentado para mejorar cuantitativa y cualitativamente esa acogida a los refugiados. Una de ellas tiene que ver con crear un sistema de refuerzo de acogida de personas refugiadas, y otra tiene que ver con poner en marcha una experiencia piloto de corredores humanitarios. El objetivo es abrir nuevas puertas para incrementar la capacidad de acogida tanto en Euskadi como en el conjunto del Estado español.

¿En qué se concreta ese proyecto de corredores humanitarios?

-Es una experiencia puesta ya en marcha en Italia de la mano de la Comunidad de San Egidio, de acuerdo con el Gobierno italiano. El reglamento europeo de visados contempla la posibilidad de que se puedan expender visados excepcionales por razones humanitarias. Ese artículo del reglamento ha permitido que cientos de personas sean acogidas en Italia por una vía segura y directa, menos tortuosa burocráticamente que las que están establecidas. Hasta el momento han sido encauzadas más de quinientas personas a través de estos corredores humanitarios y ahora mismo está previsto que se acoja a otros mil desplazados. Nosotros hemos propuesto al Gobierno español articular una experiencia piloto para acoger por esa vía un número inicial reducido de 50 o 60 personas para poner en práctica ese sistema y después extenderlo. Este sistema está funcionando en Italia, en Francia está a punto de aplicarse.

¿El hecho de que asuma nuevas funciones significa que pierde peso el área de Paz y Convivencia?

-No vamos a restar importancia al desarrollo de los temas relacionados con la paz y el fin de la violencia, pero vamos a complementarlos como mínimo al mismo nivel de los temas de lo que llamamos la agenda emergente de los derechos humanos porque nos parece que las dos agendas tienen una gran importancia desde el punto de vista de los derechos humanos.- H.Unzueta